ESCRIBIR

Todo empieza por la imperiosa necesidad de dejar una huella en el mundo.
BBANG

Es un paraíso visto como complicado, de tal forma que se cree que un bajísimo porcentaje de las personas pueden vivirlo, e incluso se llega a considerar que se requiere de alguna especie de superpoder para disfrutarlo.

Pero no hay nada más alejado de esa perspectiva.

Basta un poco de soledad, una mente despierta y una hoja en blanco, o una laptop con suficiente carga para entrar en este arte único.

El día de hoy, hablaré del paraíso de la escritura.

Todo empieza por la imperiosa necesidad de dejar una huella en el mundo, de transmitir a las próximas generaciones una percepción que no pueda ser alterada por otras personas.

Constituye un punto tan importante en la humanidad, que marca el inicio de la historia.

De la misma forma, es un momento relevante en la vida del ser humano, porque a partir dela etapa en que da un orden lógico a las palabras y a los números, adquiere la habilidad única de acumular sabiduría, y transmitirla.

El conocimiento deja de depender de la memoria, y puede multiplicarse por millones, difundiéndose hasta los confines del mundo.

A veces es el corazón el que nos motiva a tomar una pluma y un lápiz, para transmitir los sentimientos que nos invaden.

Pueden ser las cartas entre dos enamorados, que se prometen el cielo y las estrellas, describen la esperanza del momento de reencuentro e intercambian cumplidos, sabiendo la mirada que generarán en su otra mitad, aun cuando no pueden verla a la cara.

En otras situaciones, es la rabia la que motiva la escritura, ante una injusticia social que te obliga a estar encerrado, que ha causado muertes o desapariciones, o que condena a inocentes.

Crisis históricas como las pandemias y las guerras han visto nacer a grandes escritores.

Puede ser también un sentir de desesperanza y soledad, así como también puede hacer referencia a memorias de eventos que han causado gran alegría los causantes de este arte.

Hay ocasiones que la escritura es motivada por la razón, y es ahí donde se redactan grandes razonamientos, formas totalmente nuevas de comprender la realidad, y análisis que nos hacen recordar que realmente no sabemos nada.

Es conocimiento que se comparte con otras personas para expandir la cultura, parecido a pequeñas cápsulas con medicamento que ayuda a combatir la ignorancia. Implica horas de estudio, de pruebas y de investigación.

De pasión hacia temas específicos, y de ánimos de ampliar los horizontes de la humanidad en direcciones que nunca antes se habían explorado y fortalecer las bases para que las próximas generaciones partan de un lugar superior al que fue nuestro punto de partida.

También hay escritura que proviene del alma, y de su constante búsqueda de la trascendencia.

La iluminación nos alcanza de forma diferente, y la manera  de transmitir esos hallazgos espirituales a otras personas se vuelve en un objetivo de vida para aquellos que han encontrado ese propósito que inunda de plenitud su existencia.

El motor que impulsa la mano a escribir es alimentado por sabiduría sobrenatural, y entendimiento de verdades que las ciencias no logran explicar por sí mismas.

Y finalmente, se encuentra la escritura creativa, la que nace de la imaginación y para la imaginación.

La que alimenta nuestras fantasías y nos da el poder de construir mundos de la nada.

Es un paraíso que no nos impone límites, y que nos invita a mezclar los tres tipos de escritura que antes mencioné: razón, mente y alma pueden combinarse para crear relatos únicos, que te llevan a lugares especiales, y describen hazañas épicas, a través de personajes heroicos.

Es este tipo de escritura la que ha edificado fantasías que alientan al ser humano a soñar con otros mundos y nuevos inventos, es en este estilo donde muchos toman el aprecio por la literatura, y se sienten motivados a redactar por primera vez, porque transmite una emoción inigualable, conforme se va escribiendo la historia que uno desea construir.

Este proceso imaginativo requiere mucha atención, porque todas las tramas, los personajes y los eventos deben coincidir entre ellos. No debe haber contradicciones, y los elementos de la narrativa requieren coherencia para que puedan comunicarse de la mejor forma.

Por ello es un arte lento, que requiere de un tiempo, debe añejarse como los buenos licores.

Pero es por lo mismo por lo que es más gratificante, cuando te has asegurado de que has escrito el punto final, y tu cuento o novela, están listos para ser publicados, y con ello, nace la posibilidad de que lleguen a cualquier par de manos en el mundo.

Y este arte se crece exponencialmente cuando es integrado con otros.

Combinado con el teatro toma voces y escenarios, mezclado con el cine se ve acompañado de posibilidades más amplias.

Pero en ambos casos, logra generar sentimientos aún más realistas, poniéndonos en los pies del actor o actriz en el escenario, y de la historia que se relata en torno a su vida.

A veces la escritura toma forma de poesía, y su unión con la música se puede convertir en un ritmo que no logras sacarte de la cabeza, en una forma de transmitir una emoción que de otra forma sería más complicado hacer, y en una gran herramienta para ambientar viajes, reuniones y mover el cuerpo, en fiestas y bailes. 

La escritura te confiere habilidades extraordinarias, como la de infundir vida a personajes, y tal cual como ocurre con la libertad que tenemos como seres humanos, los protagonistas de las historias que escribimos cobran vida propia, y gracias a esa personalidad que toma forma, le dictan al artista las decisiones que tomarán, las acciones que marcarán sus destinos y formas de pensar.

Hay quienes erróneamente piensan que si una persona de un texto dice groserías, es el autor el ofensivo, y no hay nada más equivocado.

Esa figura termina siendo independiente, y es como si decidiera por sí mismo.

A su vez, este arte te permite pintar, tomar fotografías o videos con letras.

Permite impregnar las páginas de distintos tonos de iluminación, de olores, sabores, texturas, temperaturas, colores y paisajes tan variados, como la mente humana pueda imaginar.

Este don es el que permite que nazcan nuevos mundos de un lápiz, o te hace viajar en el tiempo a fechas y horas exactas, o a lugares específicos.

Una descripción exacta, no es aquella que enlista todos los detalles, todo lo contrario, es un texto que te hace sentir, en tus cinco sentidos y en tus emociones, llegando al grado de dibujarte una sonrisa, o sacarte una lágrima, de que la piel se te ponga chinita o tu nariz y boca perciban olores y sabores.

Lo más curioso de la escritura, es que el momento de más intensidad no ocurre durante la redacción, todo lo contrario, sucede después de muchas revisiones y correcciones, tras algunas opiniones y retrabajos.

Publicar una obra es un momento que deja huella en la vida.

Escuchar a otros hablar de tu trabajo, y firmar libros que tú mismo escribiste, es un honor especial.

Es cierto que viene acompañado por críticas, y por señalamientos, pero con todo y eso, es el punto de partida del escritor.

Porque si esos textos se los queda el escritor para sí mismo, será como una semilla que no logre brotar. No es hasta que los lectores tienen en sus manos la obra, cuando la escritura cumple con su propósito. 

La escritura es un paraíso de creación y de imaginación, de externar y solidificar ideas, de influir en otros y de estimular tanto los sentidos como la mente.

Es un arte único, que conlleva reflexión y contemplación.

Es, sin duda alguna, una experiencia a la cual debemos perderle ese miedo infundado, escondido en un profundo respeto, al que si aprendes a hablarle de “tú por tú”, te permitirá encontrar una actividad creativa especial, digna del paraíso.

© José María Rincón Burboa

Big Bang Fondo Negro

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