Un resultado muy por debajo de la más pesimista de las expectativas
= Eliminación en semifinales de Tomateros de Culiacán
= La inactividad previa no es justificante satisfactorio
= Alfredo Amezaga no volverá a la dirigencia del equipo
= El próximo sábado, en Hermosillo, la gran final
A manera de paliativo, justificante o explicación, bien podríamos decir que a Tomateros de Culiacán le afectó la inactividad de cinco días, tras vencer en solo cinco partidos a Cañeros de los Mochis; pero sucede que Naranjeros de Hermosillo también derrotó a Mayos de Navojoa en los mismos cinco y sin embargo barrió a Aguilas de Mexicali, en la otra semifinal.
Como argumento en favor de Alfredo Amézaga, podría ser aceptable de algún modo; pero de ninguna manera convincente. En el mismo periodo, Tomateros perdió el ritmo mostrado al cierre de campaña y en el primer “pley off”; sin embargo, en sentido opuesto a Naranjeros el asueto lo rehabilitó. ¿Cómo entenderlo entonces?
Amezaga, ni dudarlo, será el primer damnificado, a la hora del balance frío, metódico y reflexivo. El “Fello” ya no volverá a la dirección técnica de Tomateros, al menos no para la próxima temporada de la Liga Arco Mexicana del Pacifico.
Quizás en otros equipos y en otras plazas, estuviesen muy satisfechos con el trabajo de Alfredo Amézaga; pero no en Culiacán, ni entre los dirigentes de la organización.
Indudablemente el cierre de la campaña fue más que bueno – con seis victorias al hilo -, lo que despertó la motivación de los hasta entonces desilusionados seguidores del plantel, que esperábamos más en el “pley off”; sin embargo, el resultado ante Venados de Mazatlán dejó mucho que desear.
Y no precisamente por casarnos con la idea de una calificación obligada a la serie final, que hubiese sido la sexta en las últimas nueve ediciones del circuito invernal -todas bajo el mando de Benjamín Gil -; sin embargo no avanzar más allá del quinto juego en la semifinal, necesariamente es un descalabro para el equipo 13 veces campeón a lo largo de la historia de la Liga Mexicana del Pacífico.
A Venados de Mazatlán no se le debe regatear mérito alguno, ni mucho menos.
Jugaron una gran pelota durante toda la serie y su calificación a la gran final fue más que merecida; pero queda la idea de que Tomateros de Culiacán bien pudo haber hecho más en por lo menos dos de las cuatro derrotas ante los rojos del puerto.
Esa es la impresión de la fanaticada y es también la opinión de los periodistas especializados en la materia y es cuando se voltea a ver al manager, entonces.
¿Qué “Fello” lo intentó, no hay duda ¿Qué “Fello” le movió por aquí y por allá? Tampoco.
Sin embargo, las cosas no salieron y el resultado es lo que cuenta al final del día. En todos los deportes, no solo en el beisbol.
En el curso de los próximos días, los máximos dirigentes del club -Héctor, Marcos y Diego Ley López – sostendrán su reunión de análisis, para cerrar la temporada y para comenzar a trabajar en la siguiente. Vendrán decisiones importantes. La ineludible, la salida de Amézaga.
Digo.
Y bien.
A manera de presagio, que lamentablemente se cumplió, tras el finiquito de la serie contra Cañeros de los Mochis, advertimos que la obligada inactividad podría ser el rival más difícil para Tomateros, mucho más que cualquier otro de los que para entonces sobrevivían a la batalla.
Perder el ritmo de juego, sostuvimos, es un riesgo, inevitable ante la forma en la que se desarrolló la primera etapa del “pley off”.
Y si puede ser; pero ¿por qué no le pasó lo mismo a Naranjeros de Hermosillo?
Algunos aficionados, no pocos, han hecho la observación de que el bateo se desplomó terriblemente, tal y como lo demuestran los porcentajes ofensivos del equipo local.
Y yo contesto, invariablemente: ¿por qué restar, con esto, crédito al pitcheo del equipo rival? A ese Odrisamer Despaigne, en lo particular, lo vamos a soñar. Tomateros no fue capaz de anotarle una sola vez en 14 entradas de trabajo monticular.
En lo particular, sostengo que Alfredo Amézaga operó muy bien lo que fue su pitcheo: abridores, intermedios, preparador y cerrador, que supieron hacer su trabajo en el momento preciso, factor preponderante en lo cerrado de los marcadores en tres de los cinco juegos.
Por ese lado, ni para que buscarle culpas al “Fello”. Un pitcher, por más bueno que sea, requiere del respaldo ofensivo de sus compañeros, para redoblar la confianza, sentirse más cómodo en el centro del diamante y aspirar justificadamente a la victoria.
Cuando eso no sucede, las derrotas son ineludibles. Y qué mejor ejemplo de ello, por ejemplo, que lo hecho por José Luis Bravo tanto en el primero como en el quinto partido.
Además de la ofensiva, el papel de la defensiva también juega un papel fundamental y aquí la calificación de Tomateros no es para nada satisfactoria. Además de los errores que no marca el anotador oficial, hubo algunos otros, auténticas marfiladas, que influyeron por desgracia en el resultado de la serie.
A estos dos aspectos, sumamos la ansiedad de algunos peloteros importantes en cuando menos dos aspectos medulares: precipitación en la caja de bateo y también en el corrido de las bases. Por ahí se fue la semifinal también.
En suma, más allá del beisbol mostrado por los Venados de Mazatlán, lo que mueve a pesar que pueden conquistar el décimo campeonato de su historia, hay explicaciones técnicas a la derrota de Tomateros de Culiacán, en un resultado que quedó muy por debajo de la expectativa más pesimista.
Casi barridos en la serie semifinal.
En fin.
A manera de colofón.
La serie final de la temporada 2023-2024 de la Liga Mexicana del Pacífico arrancará el próximo sábado, en el estadio “Fernando Valenzuela” de la ciudad de Hermosillo. Originalmente el comienzo estaba pactado para el domingo; pero se adelantó un día, en cumplimiento a acuerdos previos de la directiva del circuito invernal.
Naranjeros estará en búsqueda de su campeonato número 17 para poner distancia de Tomateros de Culiacán, que tiene 13.
Venados, a su vez, su corona número 10.
Los rojos del puerto saborearon su último título, en la temporada 2015-2016, para ganar luego el título de la Serie del Caribe.
Hermosillo, a su vez, ajustara 10 años sin campeonato.
Demasiado tiempo para una de las franquicias más ganadores y rentables del circuito invernal mexicano.
Que gane el mejor.
Si señor.