EL GALARDÓN MÁS CODICIADO.
Un poquito más allá de querer, un poquito más allá de merecer; estaba el codiciado premio nobel de literatura.
Mis condolencias para más de una docena de pretendientes; con una producción de grandes obras, a cuál más de favoritas para ganar; se han quedado a engrosar la fila de aspirantes y a quienes les deseo mejor suerte para la siguiente temporada.
En la antesala, listos para recorrer el camino a la gloria universal de las letras y de las grandes producciones; se han quedado escritores de la talla del eterno aspirante Haruki Murakami, y su obra Tokio Blues que esta vez parecía ser el favorito de las mayorías.
Y cuando las fanfarrias ya suenan para celebrar a otro: La canadiense Margaret Atwood y sus novelas El cuento de la Criada y Alias Grace, seguirán esperando y desde luego; imaginando, viviendo y produciendo historias con la calidad y la profundidad narrativa que caracteriza a ésta gran señora.
En China, Deng Xiaohua, que bajo el seudónimo de Can Xue; con su prosa desafiante, por demás experimental y surrealista, que se atreve a explorar la psicología humana al grado de desnudarla con simbolismos y metáforas extraordinarias:
También guardará sus obras América y El Lago, y ocultado con valor su desencanto: esperará con ansías la revancha.
No menos hará el poeta rumano Mircea Cartarescu, con su estilo emergente que desafía sin complejos cualquier convencionalismo, al explorar con su brillante imaginación, los elementos surrealistas que imprime a sus personajes, con increíble brillantez; en sus extraordinarias: Nostalgia 1989, Cegador 1996, Travesti 1994 o Solenoide 2015.
La otra canadiense que también se atrevió a soñar, y codició el premio rascándole una orillita a su envoltura; es una traductora y ensayista, que, con su arte, se ha concedido a sí misma el regalo de fusionar géneros, estilos y lenguajes, con una habilidad extraordinaria; es nada más y nada menos que Ane Carson y su obra recomendada: Eros dulce y Amargo.
Y así como otras naciones; Noruega, también hizo su propuesta, en la persona del Escritor Jon Fosse, con sus obras; Melancolía I y Melancolía II, de prosa libre y repetitiva, que induce a la hipnosis, creando un ambiente introspectivo y minimalista; explora la realidad de la vida cotidiana, dándole a sus personajes un ensamble de naturalidad, con cualidades, virtudes y defectos totalmente creíbles; los inserta en situaciones simples y cotidianas, con un deliciosos estilo de pausas y énfasis, que convierten la monotonía en un deleite, que seduce y atrapa.
Salman Rushdie, es otro aspirante permanente, con Los Versos Satánicos E hijos de la Media Noche, obras que con una mezcla de política, mitología y desafío religioso; han llegado a crear un verdadero escándalo de corte internacional.
El Chileno Raúl Zurita, quien, a sus 73 años de edad, ya ha sido merecedor del Premio de Poesía Iberoamericana Reyna Sofía; Premio Nacional de Literatura y El Premio Pablo Neruda: fue en esta oportunidad, la esperanza latinoamericana para refrendar, en las letras universales; nuestra categoría continental.
Otros aspirantes de relativa importancia, que figuran más por un comprensible sentimentalismo regional: también seguirán soñando con las mieles, con la gloria de las letras, la fama y la fortuna que se despliega por el mundo al conjuro del Nobel de Literatura…
