Orwell en la UAS

1984, escrita por Orwell en 1948 dos años antes de su muerte, es una novela distópica.
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Big Brother is Watching You

En la ínsula distopica uaseña todos los caminos conducen a la corrupción

Erik Blair mejor conocido como George Orwell fue un escritor, periodista, corresponsal de guerra y miliciano en la guerra civil española, que escribió dos obras señeras de crítica a los gobiernos totalitarios, entre otras notables novelas y ensayos políticos. 

1984, escrita por Orwell en 1948 dos años antes de su muerte, es una novela distópica en donde el escritor inglés imagina un país (Oceanía) convertido en un estado totalitario que todo lo puede y todo lo ve (incluso el pensamiento de la gente), conducido por el omnipresente Gran Hermano. 

La Rebelión en la Granja es otra novela de gran calado político del escritor inglés, desarrollada en clave de fábula satírica en donde se plantea la simbiosis de corrupción y poder en ambientes totalitarios, siendo los cerdos (esos deliciosos y cochinos animales) los que se hacen del poder, desplazando a los animales de dos “patas” (los humanos). Ambas obras son críticas del fascismo, y del totalitarismo sovietico. 

Ambas obras son pertinentes, e incluso atinentes al juicio jurídico y social que el pueblo de Sinaloa sigue en contra de las autoridades administrativas de la UAS. En la universidad hay también un neo-lenguaje como en 1984, en donde la autonomía es corrupción y la ignorancia fuerza. 

Ante la queja de un grupo de valientes estudiantes que públicamente hicieron valer su derecho humano a la libre expresión y asociación política en contra del autoritarismo utilitarista de los fascistas que controlan nuestra máxima casa de estudios, se desató una enfermiza campaña de coacción y represión por parte de los directores de las escuelas en contra de los abajo firmantes, que haría palidecer al ministerio del pensamiento en 1984

La UAS tiene su ministerio de pensamiento y su sede en la Facultad de Informática, en donde han confeccionado un algoritmo o mecanismo para vigilar literalmente a toda la comunidad universitaria, desde maestros, secretarios técnicos, administrativos y alumnos.

Todo lo que postean, todo lo que comparten en redes sociales, es meticulosamente vigilado por la policía del pensamiento.

Esto no es mera especulación; la urdimbre corrupta que malversa el patrimonio de la universidad incluye a la directora de esa facultad, con la que la nomenclatura de Big Brother, cierra la pinza de la omerta o la ley del silencio. Desde luego que de ahí se confeccionan las campañas negras digitales y se manipulan videos tipo Deepfake. 

La directora junto con el ex rector depuesto Jesús Madueña y tres familiares de la misma, están inodados en la causa penal 1231/2023, por la adjudicación directa, sin licitación, bajo la fraudulenta fórmula de fraccionar el importe de los contratos espurios en cuentos de facturas por un importe de 76 millones de pesos. 

Al defenestrado Madueña además de los cuatro juicios por corrupción y abuso de autoridad que se le sigue, la Fiscalía de Sinaloa le sigue una indagatoria por la compra fraudulenta de 56 millones de pantalones de mezclilla, por lo que eventualmente en los días que siguen, la Fiscalía solicitaría judicializar este caso de corrupción. 

A pesar de la evidencia colosal de la corrupción de las administraciones universitarias pasadas y presentes, el ministerio de desinformación que dirige Arnoldo Valle, uno de los principales represores al servicio del Gran Hermano, tiene integrado un aparato enorme de desinformación a base de verdades alternativas o las llamadas “posverdades”, que no es otra cosa que la información o afirmación, en la que los datos objetivos tienen menos importancia para el público que las opiniones y emociones que suscita. 

Nunca en la historia política de Sinaloa habíamos presenciado expedientes abiertos de corrupción con datos objetivos tan sólidos y no en base a dichos o presunciones. 

Nunca de los nunca, habíamos presenciado tanto cinismo, descaro de una pandilla de delincuentes que se asumen, como buenos sociopatas que son, en perseguidos políticos y víctimas  inocentes.

Es tanta la podredumbre y de tal calado la corrupción, que créame usted, son capaces de matar, ya han empezado a matar, al menos el honor de las personas, ojalá y no intenten la muerte física. En tanto tomemos nuestras precauciones. 

Urge un Maxiproceso, y la intervención del gobierno federal, para impedir que el crimen organizado universitario, se siga robando el dinero del pueblo, para satisfacer las enfermizas ansias de poder de su Big Brother. 

También pienso e insisto: es urgente la intervención de la Secretaría de Gobernación para cancelar Radio Universidad; no es posible que una radio cultural, sirva como instrumento de propaganda y difamación a una claque de fascistas corruptos, violando flagrantemente la Ley de Radio, Televisión y Cinematografía. 

Como último: es absolutamente cierto; la UAS no es una ínsula extraterritorial ajena a los poderes del estado nacional o subnacional, las facultades que entrañan su autonomía no son de carácter absoluto y no son dueñas de ninguna salvedad, salvo la que tiene que ver con la libertad de cátedra e investigación científica y la autonormación administrativa, pero no la excluye de rendir cuentas y de ser transparente.

No es mi voz escrita y subjetiva, la que lo afirma, es la máxima voz jurídica que interpreta nuestras leyes, su aplicación y alcances.

Todo esto visible en el amparo en revisión número 1050/ 2018 de la SCJN. Ahí está la clave del por qué los fascinerosos habrán de perder todos los amparos de carácter dilatorio interpuesto para ganar tiempo al tiempo.

No hay etapa que no precluya, ni sentencia que no se dicte. Ya veremos. 

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