¿Volviendo al futuro?

El problema, lo hemos dicho y reiterado, está en la base de un sistema injusto, profundamente inequitativo.

Culiacán, 09 de noviembre 2024.

Cuando andaba en campaña, AMLO tranquilizaba a los empresarios que temían cambios radicales y les decía que respetaría (como lo hizo a la postre) la inversión privada, que mantendría la disciplina fiscal y dejaría intacta la autonomía del banco central.

No tan de paso, también les advirtió que se revisarían millonarios contratos energéticos (otorgados por el prianismo) por sospechas de corrupción.

Como siempre sucede en esos encuentros, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, decía por su parte que había diálogo y estarían atentos a “los planes de gobierno”.

Hubo otras reuniones y, cuando López Obrador ya era presidente electo, una tuvo lugar en el hotel Camino Real, de Polanco, en la CDMX, y ahí los empresarios se comprometieron a “ayudar a que la transición de gobierno sea pacífica y en orden”.

También expresaron tener confianza y hubo cabezas periodísticas como aquella de que “empresarios confían ciegamente en AMLO”.

SIGUIENDO LA TONADA

Poco después de su toma de posesión (el primero de diciembre del 2018) AMLO se reunió de nuevo con la élite empresarial de México y, al menos en el discurso, de uno y otro lado, otra vez se configuró una alianza que no era nueva en sí, con todo y las diferencias de forma acordes con los tiempos.

Dijeron los privados iniciativos que estaban dispuestos a cooperar y entonces escribí que era “muy difícil creer que los dueños del dinero en este país de veras van a sacrificar, así sea en parte nada más, sus ganancias” que, además, seguían garantizadas con la permanencia de “normas” y “regulaciones” aceptadas por el nuevo gobierno.

Se anunciaron nuevas medidas en lo que toca a la asignación de contratos y colaterales, pero no cambios de fondo en la operación bancaria, por ejemplo. 

GANARON Y SIGUEN GANANDO

Hace unos días se informó que los banqueros ganaron más en el sexenio de AMLO que con los anteriores y también la privada iniciativa en general.

Pero no estaban, ni parece que están de acuerdo, o al menos eso refleja su conducta, y no quieren cambios, como la Reforma Judicial, que puedan afectar sus corruptelas. 

Los grandes ricos de México quieren más y no tienen llene. 

Se necesitan otras reformas que atiendan el problema en lo medular y no hay vuelta de hoja.

Se podrá avanzar, se ha hecho, pero la inequidad tiene que ser enfrentada en su raíz.

El problema, lo hemos dicho y reiterado, está en la base de un sistema injusto, profundamente inequitativo, comandado por el gran capital transnacional y local.

Que es muy difícil alterar ese esquema, sin duda, pero que es condición central para un cambio verdadero, obvio, de sentido común.

¿PARA LAS CALENDAS GRIEGAS?

Los romanos llamaban “calendas” al primer día de cada mes, pero los griegos no usaban ese concepto y no tenían calendas. 

Por tanto, la expresión “para las calendas griegas”, que Suetonio cuenta era muy usada por el emperador Augusto (que gobernó el imperio romano del año 27 antes de Cristo hasta el 14 después de Cristo) equivale a ubicar una fecha que nunca llegará.

Por extensión, cuando alguien dice “para las calendas griegas”, de hecho se está negando a cumplir un compromiso, pagar una deuda o proceder con verdad.

Un equivalente castellano es: “cuando los burros vuelen”.

Que los cambios de fondo, necesarios, no sean para las calendas griegas.

EN EL TINTERO

-Volvió a ganar Trump en Estados Unidos y, como advertimos, la incultura política se impuso.

¿Qué pasará con las relaciones con México?

Nada distinto en el fondo a que si hubiera ganado Harris, ambos están al servicio de la oligarquía de su país, con la diferencia de que habrá que tratar con un barbaján ocurrente.

Nuestro país deberá responder con la energía necesaria y punto

-¿Que está en riesgo esto y aquello, que el TMEC (ellos ganan más con ese tratado), que la migración?

En la mayoría de los casos no va más allá de alimentar una histeria gratuita. 

Si Estados Unidos tiene manera de presionar, crease o no, también la tiene México y puede responder, así que, salvo algunas agresiones y brincos, si México mantiene una postura firme, no irán más allá de las balandronadas. (cano.1979@live.com).

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