El periodismo ficción que todo lo sabe de antemano porque tiene bola de cristal de forma “atinada” entrevió la violencia que se iba cernir sobre los cielos rojizos del atardecer sinaloense.
Si hubiera una pizca de decencia se reconocería que al interior de la universidad hay una fuerte lucha por el poder, una lucha soterrada que cobró relevancia y notoriedad con el pleito en la vía pública de dos conspicuos operadores políticos de Héctor Melesio Cuén:
El diputado Gene Bojórquez del PAS y el director de Comunicación Social de la UAS, Arnoldo Valle.
El pleito entre ambos personajes fue a cielo abierto, con Bojórquez buscando refugio y salvaguarda en la camioneta del espurio encargado de rectoría Robespierre Lizárraga, ante la embestida furibunda de Arnoldo Valle, quien encolerizado arremetió en contra del sonorense.
Decenas de testigos dieron cuenta que Valle incluso desenfundó una pistola.
De las resultas del pleitazo, Bojórquez destacó el carácter agresivo del funcionario universitario, tal y como es reconocido en la comunidad universitaria y fuera de ella.
Valle, guasavense de origen, ha ido sembrando enemigos por donde pasa.
Inclusive ya se lió a golpes con Hector Melesio Cuén Díaz, en el pasado reciente. Es de todos sabidos, que en el círculo familiar es detestado en primer lugar por la señora Angelica Quiñónez, esposa de HMC.
El atentado que se dice haber perpetrado en contra del funcionario universitario ha levantado más de una ceja en la sociedad sinaloense y en los mismos medios de comunicación local, porque la prensa nacional, ávida de notas de color, ha dado por cierto la especie “del atentado” cuando ni siquiera están a la vista los peritajes que contemplen las condiciones de modo, tiempo y lugar y otros medios objetivos de convicción para arribar a esa conclusión.
Hace dos meses los militantes del Partido Sinaloense pusieron el grito en todos los medios de comunicación, propalando la falsa especie de que dos militantes y operadores políticos de ese partido habían sido levantados por la policía estatal.
El escándalo escaló a nivel nacional, pero a las 48 horas aparecieron los “secuestrados” que más que retenidos ilegalmente, se habían dado unas merecidas vacaciones para bajar el estrés electoral.
Al final del día quienes produjeron el infundio, se dieron a la tarea de desprestigiar a sus propios compañeros de partido.
Así las cosas, todo se puede esperar de este grupo político que no ha parado en mientes para lograr sus más aviesos intereses políticos y patrimoniales.
El atentado que sufrió Valle, en bien suyo, desde luego, fue perpetrado por sicarios chambones de tercera categoría, cuando en la “plaza” al que buscan para matarlo es altamente probable que se logre el objetivo por la la utilización en la mayoría de los casos de los letales AK 47, ya que las pistolas las usan solamente para el remate y el tiro final.
Perdón por la descripción pero así suelen suceder esos hechos de sangre, de los últimos atentados que se han registrado en Sinaloa, ninguno ha fallado por la pericia y la alta letalidad de las armas utilizadas por el sicariato sinaloense.
Por sí o por no, qué bueno que el funcionario universitario no sufrió ningún rasguño.
Veremos qué ofrecen las primeras indagatorias y las numerosas cámaras de seguridad que hay en la Torre de Rectoría. Sin embargo, la idea de un autoatentado tendrá que incluirse como una línea de investigación.
Cría fama y échate a dormir.