Hablando en Plata
El ex rector Hector Melesio Cuén denunció los problemas administrativos y de sistemas por los que pasa la universidad y en su afán protagónico absurdamente trató de responsabilizar al Gobernador Rocha Moya de la falta de recursos para el pago de los aguinaldos.
Sin embargo, desde el fondo del salón le gritaron: ¡no nos ayudes compadre!
A contrapelo a lo dicho por Cuén, “las autoridades” universitarias agradecieron el empeño del gobernador, su compromiso y buenos oficios para conseguir los recursos para el pago de los aguinaldos.
El gobierno de Sinaloa se comprometió y cumplió con la comunidad universitaria para situar los fondos complementarios a los del orden federal debidamente procesados por el Secretario de Finanzas Enrique Diaz y ese remedo de rector interino de cuyo nombre no vale la pena escribir, a riesgo de engordarle una personalidad que no tiene.
Pues resulta que con motivo del desastre administrativo, financiero y legal por el que atraviesa la UAS, las cuentas en donde se iban a realizar los depósitos para satisfacer las prestaciones de fin de año de los trabajadores universitarios están bloqueadas, de acuerdo con diversas fuentes que han tenido acceso a este expediente administrativo.
La suspicacia que acompaña a ese extraño hecho no ha hecho más que crecer: los perversos abogados que viven dilatando los procedimientos legales pudieron haber recurrido a una artimaña de cancelación o bloqueo de las cuentas para responsabilizar al gobierno de la falta de pago de estas sensibles prestaciones navideñas.
Todo, pero todo se puede esperar de la partida de rufianes. Han recurrido de forma grosera a las más lamentables patrañas para evitar el paso de la justicia penal en decenas de expedientes penales. ¿Por qué no otra mentira más? ¿Por que no otra posverdad?
¿Por qué no otra mancha más al tigre de la corrupción moral y financiera, de quienes están dispuestos a revolcarse en las miasmas de la rapacidad sin limite con tal de no soltar la mazorca millonaria de las finanzas universitarias? ¿Por qué no? ¡Si ya han intentado de todo!
