Aquel día, Odile. Parte 2

El anciano desmesuró los ojos, miraba al niño asombrado por sus palabras.
BBANG
Sinaloa Seguridad Alimentaria

Y el abuelo retomó el relato del Coyote asi:

 -“En aquellos entonces, la península, esta nuestra Baja California Sur, estaba pegada al gran macizo continental de América, pertenecía al territorio de lo que hoy conocemos como Sonora, Sinaloa Nayarit y un fragmento de Jalisco. Pero se desprendió y se hundió; ¡Huujule! Pero eso fue hace como 200 mil años, después, volvió a emerger, pero al salir a flote se desplazo de tal manera, que quedo formado este nuestro Golfo de California con su Mar de Cortés.”

-“Así, hermano Coyote, ¿con todas sus montañas, desiertos y todo lo demás?”

-“Así es hermano hombre, con sus mares, su fauna y flora, pero para eso pasaron  miles  de años; grandes terremotos sacudían los continentes y sus montañas, que se reacomodaban tras cada movimiento; mis ancestros  vieron pasar la era glacial, los dinosaurios, su desaparición y… el surgimiento del hombre sobre la tierra”. 

El abuelo hizo una pausa para mirar el rostro del niño y ver el interés reflejado en sus gestos. Y sintió la emoción de poder trasmitir al niño aquella historia que había recibido de ancestros como una tradición oral, y que ahora tenía la oportunidad de trasmitirla a su nieto pero que además, abría  en su mente… el espacio a la imaginación.

-“¡Qué más abuelo, qué más!”

-“Me siguió contando tú bisabuelo, que también se formaron los vientos que perduran en la tierra como ráfagas que a veces acarician nuestros rostros, otras veces como aires cálidos o frescos de acuerdo al clima, pero otras veces… llegan enfurecidos como torbellinos o huracanes arrasando con  todo, para recordarnos a los hombres, cuán pequeños y débiles somos, y que debemos vivir en armonía con la naturaleza, con la tierra y los animales.  Como todas las especies del planeta. 

 Pero los hombres, somos tan necios e imprudentes, queremos dominarlo todo, y por eso, hemos destruido, contaminado, sin considerar que estamos acabando con nuestro propio hábitat.

Hemos trasformado los espacios en lugar de adaptarnos y mimetizarnos con ella, aprovechando su benevolencia, como lo hacen animales.

Odin nos viene a recordar todo esto, de cómo nació nuestra Baja California Sur, entre tanto movimiento de terremotos y grandes movimientos del sistema solar y planetario, dejándonos un lugar maravilloso con todo su esplendor geográfico, sus montañas y valles, sus lagunas y vertederos de agua fresca; un mar rico con la más grande variedad de fauna marina, un desierto fabuloso y unas montañas de ensueño, también con una fauna diversa y hermosa.

Es tiempo de hacerle saber al hermano Coyote, y más a nosotros mismos que estamos a tiempo de cuidar esta riqueza, que ante propios y extraños, procuremos con ellos mismos, cuidar esto que es un regalo de los dioses y la grandeza del mundo natural.”

 El abuelo se quedó mirando a la distancia, en su mirada había un brillo que dejaba notar pesar y nostalgia. De pronto, la voz del niño lo sacó de su letargo. 

¡Abuelo! ¡Odin, no quiso destruirnos, con esta zarandeada, nos dejó un mensaje!

-¿Tú crees Mijo?

-Claro, abuelo. Nos quiso decir, que el hombre no tiene derecho a destruir lo que ella nos deja, porque eso es ir en contra del hombre mismo. Y yo creo que debemos hacer caso, porque la naturaleza con su fuerza, si quiere nos destruye. Y entonces ya no podremos vivir. 

El anciano desmesuró los ojos, miraba al niño asombrado por sus palabras. No pudo resistir, las lágrimas le brotaron y sólo atinó a abrazar a su nieto.

Leónidas Alfaro Bedolla.

San José del Cabo, B.C.S., 20 de septiembre de 2014.

Seg Alimentaria
Big Bang Fondo Negro

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Otras noticias
Lo más leído