La picota era un poste de madera al principio y después de piedra que se utilizaba en el medioevo, situado a la entrada de los pueblos o en las plazas principales, en el que se exponía a los delincuentes durante horas, con cadenas y argollas o sujetos a un cepo, para que sufrieran la vergüenza pública.
Según la RAE: loc.adv. Una situación de descrédito por haberse hecho públicos sus defectos o faltas.
A diferencia de los delincuentes exhibidos en la picota medieval, el rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa ni está maniatado ni sujeto a ningún cepo. Todo lo contrario, el rector goza del más arbitrario de los libertinajes utilizando de forma ofensiva los recursos económicos y humanos de la UAS para su defensa jurídica y política.
Y lo más oprobioso: la leva que hace de los estudiantes, a quienes con base en amenazas y extorsión casi delincuencial, los obligan a asistir a marchas y mítines a favor del presunto delincuente.
La picota que lo exhibe desnudo, sin los ropajes morales y éticos básicos, es de carácter simbólico, alegórico, pero de un amplio, dilatado registro periodístico a nivel local y nacional.
El rector está sujeto a varios encadenamientos jurisdiccionales de carácter penal, en juicios que están en progreso o “sub-judice” como se dice en el lenguaje jurídico; la exposición social de los delitos que se le imputan son de explorada opinión pública y publicada, sin embargo el antiguo médico de carácter apacible, está moralmente derrotado y su prestigio por los suelos; de eso no se libra ni yendo a bailar a Chalma.
La investigación que los sacó a la luz pública es de carácter periodístico (Noroeste/ Animal Político/ Revista Espejo) y con una metodología muy rigurosa.
Lo increíble del hombre en la picota, es su asombroso cinismo:
Además de victimizarse como un presunto perseguido político, siguiendo un libreto de una ópera bufa, en consecuencia, falsa, absurda y ridícula, no ha aportado a los expedientes penales que lo acusan e incriminan a él y a buena parte de la nomenclatura universitaria, una sola prueba de descargo.
Lo único que han hecho los tinterillos que no abogados, son plantear “mociones dilatorias” para evitar el flujo de la justicia penal.
La última de ellas se llevará el premio de Ripley 2023:
¡Para evitar que uno de los juicios penales que se le siguen avanzara por sus cauces naturales, decidió revocar a sus 12 abogados!
Un nutrido grupo de estudiantes de las facultades de Historia, Filosofía y la Escuela de Ciencias Antropológicas, han publicado una carta abierta para quejarse de la presión que están recibiendo por parte de las autoridades de la UAS, para sacarlos a marchar el día miércoles 18 de octubre en apoyo al rector Madueña.
A continuación transcribo la carta que por sí misma se explica.
