Limpia en la UAS: un clamor social

En su loco desvarío, Madueña ha llamado a la sedición, es decir, a que el pueblo de Sinaloa se levante en armas.
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La disputa jurídica y política por arrancar de raíz la corrupción en la Universidad Autónoma de Sinaloa ha encontrado eco en la sociedad sinaloense.

Las evidencias de corrupción de distintas autoridades solapadas – y puede que promovidas- por el rector Jesús Madueña y su Director Jurídico Robespierre Lizárraga han fertilizado un repudio social, amplio y espeso. 

Circulan profusamente testimonios de padres de familia universitarios que se duelen del fraude y la malversación que de los recursos del pueblo de Sinaloa hacen las autoridades de turno.

A la sociedad se le puede engañar, una vez, algún tiempo, pero no siempre y toda la vida.

El estiércol es ligero y está a flote. La UAS es una pestilente alcantarilla abierta.  Y solo no lo ven así, los que por sus propios intereses se han vuelto ciegos y padecen anosmia intencional – falta de olfato- y son legión.  

Sin embargo, muy a tono con el cinismo que le es consustancial a todo delincuente que ha sido agarrado con las manos en la masa, Madueña recurre al sobado chiste popular de “ahí va el ladrón”, para rehuir las responsabilidades propias.

En su loco desvarío, Madueña ha llamado a la sedición, es decir, a que el pueblo de Sinaloa se levante en armas contra el gobierno de Rocha Moya. No es chiste. Lo ha declarado públicamente. 

Ante las pruebas judiciales, ya no periodísticas, viene la descalificación a los los jueces y a los fiscales, como si en este país no hubiera jueces federales ante quienes recurrir un abuso de autoridad o ante la ilegalidad manifiesta, o la violación de los derechos humanos.

De diario descalifican a todo el gremio periodístico sinaloense, sin excepción; la esquizofrenia devino en acción colectiva.

Han enloquecido en masa, porque todo parece indicar que el hilo se empezará a reventar por lo más delgado:

Directores de facultades y funcionarios menores cooptados con cochupos  y prebendas, para apoyar el “proyecto” están siendo investigados y de ahí el pánico generalizado de la amplia nomenclatura y sus familias: los negocios al amparo de la “autonomía” están en riesgo y eso duele. 

Los lobos corruptos visten ropajes de tiernas ovejas.

Los “impolutos universitarios” están en contra del mundo político que conspira para quitarles la “autonomía universitaria”, la cual, por cierto, hace mucho tiempo está vacía de contenido.

La UAS digámoslo con todas sus letras no es autónoma, es heteronorma, porque su voluntad está viciada por la jefatura política del partido sinaloense, cuya jerarquía al interior es un hecho incontrovertible. Punto.  

Es hora que ninguno de los imputados ha recibo el amparo y protección de la justicia federal, de ahí, la prueba irrefutable de sus responsabilidades penales exigidas en distintos procesos y sin embargo, se hacen como que la virgen les habla. 

De forma unánime los medios de comunicación independientes en nuestro estado han dado curso periodístico a esta suerte de novela negra caracterizada por una amplia y dilatada organización delictiva de insondable capacidad para mentir y rehuir las verdades jurídicas objetivas que eventualmente los pondrá en el patíbulo judicial, con sentencias condenatorias.

Es cuestión de tiempo. Que nadie se llame engañado: de distintas formas y en distintos momentos les aventaron un salvavidas al que rechazaron, porque es más grande la avaricia de los intereses inconfesables al decoro del buen nombre y el deber cumplido en la honrada medianía. 

El rector delegado ya ha sido imputado y sujeto a proceso penal, su director jurídico está a un tris de ser imputado y sometidos también a un proceso penal, por el delito de ejercicio irregular de funciones más otros delitos que están en curso procesal, lo que inevitablemente les quitará sus respectivos puestos. 

Es asunto de etapas procesales para que el juez de la causa, a petición de la Fiscalía General del Estado solicite la vacante de la máxima autoridad universitaria.

Y vendrán las plañideras de siempre y la cantaleta monocorde de la “persecución política”, cuando si existiera una persecución, esta es de naturaleza social, que está exigiendo que los fraudeadores de los recursos del pueblo regresen lo robado. Nada más y nada menos.  

A pesar de todas las chicanas jurídicas, propia de tinterillos, la justicia se impondrá por sobre la histeria verbal del rector Madueña y la de su triste vocero:

El patético hombrecillo que habilitaron como vocinglero oficial, cuya zalamería y ridiculez es el hazmerreír en las redes sociales, un personajito mezcla de Walter Mercado y bufón de circo, cuya arrogancia y soberbia es proporcionalmente directa a su incultura, falta de ética y de escrúpulos morales, y quienes es el principal impulsor de una campaña de desprestigio en contra de los medios de comunicación, pero en su pecado llevará su penitencia, el se irá a seguir disfrutando su jugosa jubilación y los medios se quedarán. 

Además, juicio popular antes que el jurídico ya emitió su veredicto: culpables.

Sigue la justicia del derecho, que es lenta pero segura. Al tiempo. 

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