La contenta oligarquía

Primera parte

México es de los países miembros de la OCDE con menos revisiones a las condiciones laborales que privan en las empresas: 20 revisiones por cada 100 mil habitantes.

Un paraíso para sátrapas abusivos disfrazados de benefactores de la patria, en particular los gigantes empresariales de nuestra economía oligopolica. 

México es de los países en donde las utilidades que arrojan las empresas se distribuyen de formas más inequitativa entre el capital y el trabajo.

Por poner un solo ejemplo: en los Estados Unidos la proporción es 28 por ciento a los accionistas y la que va a los trabajadores es del 78 por ciento. En nuestro país sucede justamente a la inversa: 68 por ciento a los accionistas y 32 por ciento a los trabajadores.

Obviamente esto tiene relación proporcional y directa con los salarios bajos que se pagan en México.

Como lo demuestra contundentemente Viridiana Ríos, en un ensayo para la CEPAL titulado: Cultura del Privilegio y Simbiosis entre poder político y poder económico en México, los mexicanos son de los trabajadores que a nivel global trabajan más horas y no es la educación lo que merma sus ingresos si no los abusos laborales y los salarios indignos.

Del trabajo de la Doctora de los Ríos he entresacado algunos datos para reforzar este artículo. 

La relación entre Producto Interno Bruto y recaudación de impuestos en México no solamente es la más baja entre los países miembros de la OCDE, sino que es de las más bajas de Latinoamérica con apenas un 16 por ciento cuando en los países desarrollados es en algunos casos de hasta el 34 por ciento.

En nuestra región un país con los problemas estructurales como Argentina, tiene un ratio del 25 por ciento entre el PIB y recaudación fiscal. 

Obviamente este déficit, obedece a las estrategias de elusion y evasión fiscal de la oligarquía mexicana.

Los más grandes contribuyentes miembros de la élite económica pagan menos impuestos que los que pagamos la clase media mexicana. A valor presente el empresario Ricardo Salinas Pliego, el tercer hombre más rico del país, le adeuda al fisco la friolera de 39 mil millones de pesos.

Una muestra acabada de la satrapía económica que prevalece en nuestra contenta oligarquía. 

Los multimillonarios en lugar de pagar la tasa máxima de 35 por ciento, a lo sumo en promedio pagan del 9 al 11 por ciento contra un 25 por ciento de las clases medias.

Las exenciones fiscales y las quitas al inicio del gobierno de Peña Nieto  a favor de los más ricos de México, fueron del orden de los 330 mil millones de pesos, una cantidad similar para satisfacer las necesidades de salud de todos los mexicanos en un año. 

Otro de los pesados lastres que arrastra nuestro país es la exorbitante concentración económica en varios sectores de la economía nacional: el duopolio Cervecería Heineken antes Cuauhtémoc/ Moctezuma y la Cervecería Modelo / Corona, hoy parte de la más grande compañía cervecera del mundo la Belga AB-InBev, concentran literalmente el 100 por ciento de la producción de cerveza industrial en México y a la vez monopolizan la producción de cebada matera, financiando cerca de 400 mil hectáreas, pagando la cebada a precios controlados a la baja por efectos de la cartelización, en perjuicio de miles de pequeños productos del altiplano central mexicano.

El duopolio en detrimento del mercado se ocupa de establecer los precios de forma arbitraria habida cuenta de su feroz dominancia, en perjuicio del consumidor como sucede en toda economía que funciona en base a carteles. 

La multinacional mexicana Grupo Bimbo S.A.B. de C.V, literalmente monopoliza la producción de pan de barra industrial y de otros productos.

Bimbo, tiene un volumen anual de ventas de 19 mil millones de dólares al año, y con ese enorme poder ha impedido el surgimiento de alguna competencia por más pálida que esta sea.

Obviamente, Bimbo, hace con los precios lo que le viene en gana, en virtud de no tener competencia, en perjuicio de los precios al consumidor. 

OXXO, la franquicia de tiendas de conveniencia más grande de toda America, tiene casi 22 mil tiendas en nuestro país y unos cuantos centenares distribuidos en Latinoamérica.

No hay en los Estados Unidos una tienda de conveniencia que tenga más sucursales que OXXO en nuestro país. OXXO, parte del grupo empresarial FEMSA, literalmente arrasó con las misceláneas de barrio al grado de ponerlas en peligro de extinción.

La empresa de ser una franquicia de tiendas de conveniencia se ha desdoblado en un negocio de pagos, de envío de dinero e incluso de gasolinerías, y su crecimiento inmobiliario y de negocios es imparable, como imparables son las violaciones laborales que se cometen día a día en sus centros de trabajo. 

Grupo MASECA, es el el gigante que funciona como un cuasi monopolio en la producción de harina de maíz con el 94 por ciento del mercado. Y su imperio se extiende por treinta países.

En México no solo controla la producción de harina, sino los acopios de maíz blanco industrial, con un avasallante poder de mercado en la fijación de precios, aunque se aduzca que estos se rigen por la bolsa de Chicago, MASECA, impone condiciones de precios a la baja como lo acabamos de presenciar en la recepción de la cosecha de maíz en Sinaloa.

En consecuencia, la harina para hacer tortillas tiene un precio que no dicta un mercado a todas luces imperfecto, sino el que impone este gigante cuasi-monopolico. 

México es un país que sufre una grave paradoja, una disonancia cognitiva: somos un país pobre y profundamente desigual, y tenemos hombres multimillonarios que engalanan la revista Forbes.

La pobreza de su población es directamente proporcionalmente con una pobreza regulatoria que ha permitido el crecimiento criminal de estas economías de escala que medran de raíz la economía patria y que justamente han generado más pobreza laboral y competencias.

Seguiremos abundando. Hasta la próxima.