Culiacán del caos vial irremediable, Sinaloa, 09 de diciembre 2025.
En los tres primeros meses del año pasado, las grandes compañías farmacéuticas, de Estados Unidos y Europa, principalmente, se embolsaron casi 29 mil millones de dólares en ganancias y sus accionistas se repartieron más de 28 mil millones.
En ese trimestre, 15 de las farmacéuticas más grandes reportaron casi 173 mil millones de dólares en ingresos y casi 30 mil millones de ganancias netas, cantidades exorbitantes que retan a la imaginación pero que son dramáticamente reales.
Antes, en 2022, las diez grandes compañías farmacéuticas obtuvieron más de 112 mil millones de dólares en ganancias, descontando todos sus gastos.
CASI EL PARAÍSO
Para este año, considerando las ganancias trimestrales y los aumentos registrados en los precios, la ganancia conjunta de las 20 grandes, puede superar los 160 mil millones de dólares.
Eso se explica, simple y sencillamente, por los precios récord que esas empresas cobran por los medicamentos, por su desmedido afán de lucro, un crimen, en estricto, para la población más vulnerable del mundo.
La gran mayoría de los gobiernos del mundo, que están al servicio de sus respectivas oligarquías, han permitido tal latrocinio, que eso es, de las compañías farmacéuticas, dejando que cobren lo que se les antoje y obtengan ganancias obscenas en un mundo plagado de carencias.
PRETEXTOS CÍNICOS
Argumentan las compañías farmacéuticas que destinan grandes recursos a la investigación y que los tiempos de comercialización de nuevos medicamentos tardan, pero aún descontando sus gastos, todos, hasta los refrescos de sus accionistas, y considerando los tiempos de venta, las ganancias siguen siendo desmesuradas, ofensivas.
Todas esas compañías (AstraZeneca, Novo Nordisk, Pfizer, Moderna, Bayer, Lilly, Roche y varias más) que gozan de trato privilegiado de los gobiernos cómplices, gastan mucho más en dividendos y recompra de acciones que en investigación.
En primer lugar, la ganancia desmedida y por eso la cura para el cáncer y otras enfermedades, que espere, el gran negocio tiene primacía.
Y su política, su estrategia, que algunos accionistas han reconocido con todo cinismo, es que en lugar de que sus productos sean asequibles mejor que suban de precio, y así ha sido desde hace muchos años.
La verdad es que primero están los “dividendos”, la ganancia neta, y después la inversión en investigación y desarrollo.
SEGÚN LA ETAPA ES EL GASTO
El costo del tratamiento del cáncer de mama (al igual que los demás) varía según la etapa: si se detecta en la etapa I, el costo anual para el IMSS es de más de 74 mil pesos, pero si es en la IV, el costo sube a 199 mil pesos anuales.
Si la atención es privada, lo que sucede en gran proporción, el gasto puede superar el millón de pesos al año o más.
Aparte, un paquete de 20 quimioterapias puede oscilar entre 300 mil y 350 mil pesos al año, mientras que 20 sesiones de radioterapia cuestan entre 30 mil y 35 mil pesos.
Y sin ir muy lejos, para el tratamiento de cáncer de mama, etapa IV, el medicamente Palbociclib, 21 cápsulas de 125 mg, cuesta entre 55 mil y 100 mil pesos, se toma una diaria y se repite cada 28 días; el Intiaro, con el mismo componente, de 100 mg, 53 mil pesos y el Ibrance, también de 100 mg, 80 mil pesos, con 21 cápsulas.
En un año se gasta alrededor de un millón de pesos, tan solo en ese medicamento y si lo proporciona el IMSS o el ISSSTE, es el pueblo contribuyente quien lo termina pagando.
¿Es eso justo?
¿Seguirán las farmacéuticas con sus criminales precios que les permiten tener exorbitantes ganancias a costa de la salud popular?
EN EL TINTERO
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(cano.1979@live.com).
