Culiacán de las encuestas pagadas, 22 de octubre 2025.
Que ya no es noticia, pero es noticia: entre enero y julio de este año, los bancos que operan en México obtuvieron ganancias por 178 mil 430 millones de pesos, según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Comparados con los 171 mil 839 millones de pesos que se embolsaron en los primeros siete meses de 2024, hay un crecimiento de 0.8 por ciento en términos reales.
Lo que denominan el margen financiero llegó a 524 mil 827 millones de pesos, mientras que año pasado fue de 487 mil 133 millones.
Nada más por concepto de intereses los bancos obtuvieron un billón 69 mil 476 millones de pesos, mientras que sus gastos reportados fueron de 544 mil 649 millones de pesos.
Una barbaridad, las ganancias estratosféricas, gracias a la ancha manga que el gobierno les otorga, vaya Usted a saber por qué.
UNA FORMA DE CORRUPCIÓN
Con las ganancias exorbitantes, en un país que lucha por superar sus ancestrales problemas ocasionados por la inequidad y la abusiva, por decir lo menos, concentración de la ganancia, se envía un mensaje oprobioso de que con el poder financiero todo se puede y todo se vale.
Un llamado a la corrupción les guste o no.
Y, en efecto, los márgenes de ganancia de los bancos que operan en México serían ilegales en otros países.
Aquí cobran por todo aplicando “comisiones” grotescas, con “adelantos tecnológicos” que no logran ocultar su ineficiencia y mal servicio, aparte.
¿Que exigir que los pongan en orden, les limiten su avaricia y les impidan abusar de sus clientes equivale a “socialismo”?
Solo una supina ignorancia puede endilgar la especie. Nada de eso: lo que se requiere es aplicar la ley, proteger el interés general de la población, combatir la impunidad del gran capital y nada más.
Eso no se hace y los banqueros siguen en su paraíso, con un gobierno “amigable”.
RIDICULECES DE LA ONU
Incapaz de poner orden en el caótico escenario internacional, mientras sus “resoluciones” son ignoradas por las grandes potencias y sus funcionarios están bajo sospecha de inclinarse o no hacia algún país según sus preferencias o intereses, la ONU aparece formulando “recomendaciones” a los países que, por lo general, callados se quedan.
Así, por ejemplo, la relatora especial de las Naciones Unidas sobre la Independencia de los Magistrados y Abogados, la jurista estadunidense Margaret Satterthwaite, aunque a toro pasado, se refirió a que “México debe prohibir la distribución de los llamados acordeones y evitar así comprometer las futuras elecciones judiciales”.
SIGUIENDO LA CONSIGNA
Nada sabe doña Margaret de lo que antes venía sucediendo en México con un poder judicial corrompido hasta la médula, o pretende no saberlo, y así se atreve a señalar que, desde el primero de septiembre pasado, cuando iniciaron las funciones de los juzgadores electos por voto popular, “la justicia en México sufrirá un cambio drástico que implicará un riesgo en las resoluciones que se dicten”.
Habrase visto, mientras en Estados Unidos el aparato de justicia está notoriamente corrompido y al servicio incondicional del señor Trump, lo que la señora Satterthwaite desde luego no puede ver.
Mejor voltear a donde nada conoce y a seguir la consigna del departamento de estado gringo.
EN EL TINTERO
-El prianismo se puede desgajar formalmente, pero no en el fondo. Seguirán por el mismo camino, PRI y PAN, una derivación natural de su condición ideológica y política.
-Contra Venezuela, Colombia y los que no le hagan reverencias, el señor Trump, el de las tempestades escatológicas, sigue actuando como un reyezuelo prepotente y vulgar. Que no durará mucho, dicen analistas de por allá.
–Mensajes racistas, pronazis y supremacistas están a la orden del día entre los miembros del Partido Republicano de Estados Unidos. México sigue siendo blanco electorero y, en mi opinión, no hay respuesta apropiada por parte de nuestro gobierno.
-Don José Castro envía de nuevo un correo para quejarse del reverendo desmadre vial de Culiacán. ¿Qué se puede hacer? Pregunta. Nada, aquí la autoridad no solo es incapaz, ineficiente, impreparada, además no está por parte alguna (aparte de las encuestas pagadas).
-Las agencias, los grandes medios de las metrópolis (y sus imitadores nacionales): no pasan de un “periodismo” rapaz y entregado al gran capital.