Culiacán, Sinaloa, 29 de agosto, 2025.
No es asunto de chunga, ni de simple anecdotario, tampoco de instrumento para la promoción del morbo, lo que acostumbran la comentocracia y los “grandes Medios”.
Tampoco da lugar a la solemnidad de la condena, esa que, por cierto, está en la idiosincrasia prianista. Las cosas como son y nada más.
Sin asomo de duda, es un asunto muy serio que, de no atenderse, marcará un declive casi insalvable en el Senado de la República; el deterioro en el que ya tiene tiempo, y que no se ha enfrentado en la debida proporción, terminará por ser una constante.
Todo mundo lo ve: el prianismo en el total libertinaje.
DESDE SIEMPRE, UN PORRO
Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, de notorios antecedentes porriles, adueñado de lo que del PRI queda, agredió a mansalva al presidente del Senado, a otros senadores y a trabajadores; sus porros los patearon y hasta los amenazaron de muerte.
Eso no es asunto menor y requiere, de una vez por todas, necesaria respuesta y aplicación de la ley a delincuentes, que eso vienen siendo, los agresores.
Su generación lo recuerda como un bravucón de tantos que comandaba a un grupo de porros y con ellos agredió al entonces rector de la Universidad de Campeche.
Actuaba según las órdenes y pronto recibió favores que le permitieron avanzar en su carrera política.
LA CRUZ DE SU PARROQUIA
Lo que pasó anteayer en el Senado no es un hecho fortuito o aislado, producto del momento, sino la derivación de un reiterado comportamiento violento, una “forma de ser” que los campechanos conocen muy bien.
Tiempo hace que el dirigente priista se convirtió en imagen de la decadencia política y es conocido como el “porro de la política mexicana”.
Pero un porro de fortuna: tiene una mansión de 130 millones de pesos (de los de antes) que nunca pudo adquirir con sus emolumentos a pesar de haber detentado múltiples puestos.
UA COBARDE AGRESIÓN
Y nada de que “se pelearon Noroña y Alito”, de que se “enfrentaron”.
Lo que pasó no deja lugar a dudas:
El priista y sus porros, de manera cobarde, agredieron, golpearon, amenazaron, violaron una vez más toda norma y después, con el mismo tono violento y provocador, repitieron su condición con desmanes declarativos.
¿Y qué es lo que mueve al prianismo ahora?
La desesperación por saberse perdidos, al punto de la total insolvencia electoral; el fracaso de sus afanes intervencionistas (de Trump para México) y, lo que es más lamentable, su inequívoco rencor por los avances que ha tenido nuestro país: la reducción de la pobreza y la estabilidad económica.
El prianismo está actuando contra México, no hay la menor duda.
¿SERÁ QUE NO SE ANIMAN?
Frente a los desmanes de la “oposición” (al igual que en sus respuestas a las ofensas trumpianas) el partido mayoritario, Morena, ha sido omiso en la mayoría de los casos; el gobierno federal, escudado en una diplomacia que apuesta a “la inteligencia” y la frialdad, deja pasar cantidad de despropósitos que atentan contra la dignidad nacional.
Bien harían, ambas instancias, en revisar autocríticamente sus formas de respuesta.
EN EL TINTERO
–Vulgar y carente de nivel en absoluto, la reacción de la senadora priista de Sinaloa. La misma que antes se burló del pueblo, que despreció a los votantes y ahora festina la violencia porril de sus dirigentes nacionales.
-Y ese ha sido el tono del prianismo en el Congreso mexicano, rebajado, vulgarizado al extremo, lo que advertimos desde hace años.
-Y en la columna anterior escribí: “se tiene que poner orden en el Senado mexicano. Es una vergüenza y un argumento para el desprestigio mundial.”
–Se le quitó la risa a Pepe Cárdenas cuando, como siempre, trataba de banalizar la violencia porril del tal Alito y Noroña lo enfrentó con la razón, la evidencia. Ojalá y un día tengan “un poquito de dignidad”, le dijo Noroña.
-Milenio, Fórmula, Excelsior, y más, no saben distinguir entre una cobarde agresión y un “enfrentamiento a golpes”. Parece que son ciegos y sordos.
-En general, triste papel de la prensa “opositora” en todas partes; instrumento de propaganda, para la defensa de traidores, evasores y delincuentes. Lástima.
– ¿Desafuero a los porros del Senado? Poca cosa, en realidad, es a la cárcel a donde deben ir. (cano.1979@live.com).
