Culiacán del caos vial irremediable, Sinaloa, 23 de julio 2025.
Se reitera el tema, pero, como decía Don Gustavo D. Cañedo, problema que no se resuelve sigue siendo nota.
Entre enero y abril de este año, los bancos privados que operan en el país obtuvieron en conjunto ganancias por 100 mil 292 millones de pesos, cantidad que no tiene precedente desde que se hacen registros en el rubro.
Las cifras son de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y análisis independientes consideran que la cantidad es mayor.
Se trata de un 3.25% por ciento superior a los 93 mil 457 millones de pesos reportados en el mismo periodo, de enero a abril, del año pasado.
Las utilidades de los bancos privados superan al crecimiento de la economía mexicana, lo que quiere decir que en las condiciones que sean los banqueros siempre ganan.
Un mes después, en mayo pasado, las ganancias bancarias llegaron a los 126 mil 637 millones de pesos solo en lo que va del año.
¿Y DE DÓNDE SALEN?
Las exorbitantes ganancias de los banqueros se obtienen, en primer lugar, por la diferencia entre los intereses que cobran por los préstamos y los intereses que pagan por los depósitos de los clientes.
Es decir, con el dinero de los clientes se engorda la bolsa bancaria.
Están también las famosas “comisiones” por servicios (que son de suyo burocráticos, tardados, engorrosos y deficientes, con aplicaciones tramposas); la inversión en bonos y acciones, intereses claramente leoninos y otros cobros muchas veces ocultos en la “letra chiquita”.
Se cobran las transacciones con tarjetas de crédito y débito, las transferencias bancarias y hay cuotas por el manejo de las cuentas.
Comparado con el standard internacional, de por sí muy favorable a los bancos, en México las reglas impuestas unilateralmente, con la anuencia gubernamental, son mucho más lesivas al interés de la clientela.
Es por eso por lo que los bancos, la mayoría con capital extranjero, ganan más en México que en su matrices estadounidenses, canadienses o europeas.
RECORDANDO A BRECHT
Bertolt Brecht (Eugen Berthold Friedrich Brecht, nacido en Augsburgo, en 1898; murió en Berlín en 1956) fue dramaturgo y poeta, y es considerado el creador del llamado “teatro dialéctico” (en la “Ópera de los tres centavos” critica a la burguesía, a la que califica como una sociedad de delincuentes y vividores).
También fue director de teatro y autor de numerosas obras de poesía y prosa, además de libretos. En 1933, cuando en Berlín se presentaba una de sus obras (“La Toma de medidas”) ya con Adolfo Hitler en el gobierno alemán, la policía irrumpió en el teatro, fue acusado de traición y huyó pasando por Praga, Viena y Zúrich.
En mayo de 1933 sus libros fueron quemados por los nazis.
PERSEGUIR AL PENSAMIENTO
Años después, en 1941, llegó a California, Estados Unidos, y trató de colocar algunos de sus guiones en la industria cinematográfica de Hollywood, pero fueron rechazados.
En octubre de 1947, con el anticomunismo desbocado en Estados Unidos, fue detenido e interrogado por el Comité de Actividades Antiamericanas, de modo que tuvo que escapar de nuevo, esta vez a Suiza.
En 1948 regresó a Alemania, pero el gobierno de la parte occidental, de hecho, a cargo del gobierno de Estados Unidos, le prohibió la entrada. Finalmente se trasladó al Berlín Oriental, donde vivió hasta su muerte en 1956.
Uno de sus poemas dice así: Escapé de los tigres/alimenté a las chinches/comido vivo fui/por las mediocridades.
DE VERAS ¿QUÉ ES PEOR?
La frase de Brecht “¿Qué es el robo de un banco en comparación con fundar uno?” (traducida también como “es delito robar un banco, pero es peor instalar uno”) no ha dejado de tener vigencia y se impone en los tiempos que corren ante la realidad de los abusos y excesos bancarios en todo el mundo, pero particularmente en México.
Las ganancias que obtienen, y que presumen, los bancos mexicanos, se pueden calificar de ofensivas y hasta obscenas en un país que lucha por salir del subdesarrollo y la pobreza.
Como se apunta al inicio, cada vez ganan más, con crisis o sin crisis, con aranceles o sin ellos, con Trump o el que sea.
EN EL TINTERO
-No haya cómo desviar la atención Trump: el archivo de Jeffrey Epstein, en donde con toda seguridad aparece el delincuente, ahora presidente de Estados Unidos, como cliente habitual del tráfico de menores y pedófilo.
(cano.1979@live.com).