El gran periodista polaco Ryszard Kapusinski escribió que los cínicos no sirven para el oficio de periodista; tal vez este extraordinario corresponsal de guerra, no conoció el ecosistema periodístico de nuestro país.
Porque tal aserto, en México, es en sentido contrario:
El gran periodismo nacional adscrito a las élites empresariales es completamente un oficio de cínicos que funcionan como un cartel del hampa editorial.
Veamos algunos de los los datos más señeros y relevantes para acreditar la justicia del anterior epíteto:
El gobierno de Enrique Peña Nieto (2012 / 2018) gastó la descomunal cantidad de 60 mil millones de pesos en “comunicación social”.
A juicio de distintas organizaciones internacionales que vigilan y protegen el quehacer periodístico como Artículo 19, capítulo mexicano, el 25 por ciento de esa cantidad, 15 mil millones de pesos, se distribuyó entre catorce comunicadores, un asunto de suyo escandaloso.
Sin embargo, los documentos oficiales para acreditar lo anterior no se han encontrado para justificar plenamente ese gigantesco fraude al erario público nacional, porque como dice un refrán popular:
Los acusan de corruptos, no de pendejos y además porque la mayoría de las dádivas suelen ser en efectivo.
Lo que sí se encontró son los documentos “justificatorios” de los convenios millonarios entre el gobierno de Peña Nieto y los “líderes” (perdón por las comillas) de opinión más conspicuos del país: Joaquín López Dóriga, Ricardo Alemán, Mario Beteta, Adela Micha, Raymundo Riva Palacio, Pablo Hiriart, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Eduardo Healy y otros más.
Nada más el detestable y afamado López Dóriga recibió formalmente (facturado) durante el gobierno de Peña Nieto, la cantidad de 260 millones de pesos.
Es decir un poco más de 15 millones de dólares en 6 años de un solo proveedor. No creo que haya en el mundo un periodista más pudiente que este gran sicario mediático de la oligarquía nacional.
Según el portal de información sobre temas periodísticos, Glassdoor, el salario promedio de los periodistas más ameritados en EUA es de 106 mil dólares anuales, o 8800 dlls mensuales un salario muy decoroso y digno, pero nada que ver con los descomunales y corruptos estipendios de nuestra clase periodística de “primera división”.
Pablo Hiriart, ex director de Notimex, la agencia de noticias del estado mexicano, hoy desaparecida y también ex director de información de la Coordinación de Comunicación Social del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, recibió del gobierno de Peña Nieto 40 millones de pesos por los mencionados convenios de publicidad.
2,3 millones de dólares en 6 años, lo que significa haber recibido mensualmente un poco más de 543 mil pesos mensuales, una cantidad extraordinaria que muy pocos altos ejecutivos en México se dan el lujo de devengar, 31 mil dólares mensuales, salario muy por encima del promedio en EUA, de un solo proveedor, porque no se incluye su salario devengado en distintas empresas editoriales.
Por eso el pequeño gánster se puede dar el lujo de vivir en Miami como potentado. Lo dicho: la casta periodística chilanga, es la más corrupta del orbe.
Hiriart es famoso por su fiera persecución periodística en contra de López Obrador durante los últimos 30 años, tal y como lo han documentado diversos medios de comunicación, sobre todo la Revista Proceso, en la que hizo sus pinininos periodísticos.
La liga entre este periodista de origen chileno y Salinas de Gortari está más que acreditada.
Por eso este propagandista, que no periodista, no ha dicho nunca, estas letras son mías, para criticar al gobierno criminal y corrupto de CSG, sobre todo en la gigantesca debacle económica provocada por el tristemente célebre gnomo de Dublín, en el aciago año de 1994, momento en que la economía de México se desplomó, dejando una estratosférica deuda pública, que lastra el desarrollo nacional.
Una deuda pública que socializó entre los mexicanos las pérdidas de la corrupta oligarquía financiera, privatizando las ganancias del capital y redistribuyendo las pérdidas e hipotecando el futuro de generaciones de mexicanos, por los siglos de los siglos.
Pero lo más grave, Hiriart nunca ha dicho esta boca es mía en el más execrable de los delitos perpetrados durante ese infernal sexenio:
El asesinato de más de 300 líderes sociales de la izquierda mexicana. De la mano de CSG, uno de los más notorios impulsores de la carrera política de Peña Nieto, en 2012 llegó a Cadena Tres, televisora propiedad de Grupo Imagen de los oligarcas Vázquez Raña, dueños también del periódico Excélsior, desplazando al otro corrupto periodista Pedro Ferriz de Con, que había caído de la gracia del ex Presidente Peña Nieto.
Esta semana el propagandista de la derecha y salinista confeso, apareció con una columna en el otrora periódico de la vida económica mexicana y hoy vocero de la élite empresarial y bancaria, El Financiero, con un artículo pleno de infundios y de infamia en lo que toca al gobernador Rocha Moya.
Impreciso en sus asertos y premisas ha escrito que al defenestrado ex alcalde de Mazatlán, el impresentable Químico Benitez, lo desaforaron para quitarle el puesto por órdenes de Rocha Moya, cuando la realidad es que el frívolo y corrupto personaje renunció a la alcaldía.
No es casualidad que esta misma semana esté circulando un video del mazatleco, dándose golpes de pecho y culpando al gobierno de todas sus cuitas y desgracias, cuando como reza el sabio refrán: el que por su gusto es guey, hasta la coyunda lame.
El expediente de corrupción y ejercicio indebido del servicio público es un expediente público abierto debidamente acreditado, tal y como el hoy inocente ex funcionario reconoce:
Admitió en ese video, que cometió un error al haber asignado directamente una compra sin licitar por un monto de 400 millones de pesos y con enormes sobreprecios. Error que en castellano en este caso, significa, ostensible corrupción.
No tengo ningún problema con que los puristas del periodismo me critiquen que estoy descalificando al mensajero y no al mensaje, al propagandista político de la derecha salinista Pablo Hiriart y no a su artículo; me importa un comino, porque es como dar crédito las arengas de un capo del narcotrafico que hipotéticamente solicitara a la juventud que no consumiera drogas, válgame la comparación.
¿Como dar crédito a lo que escribe este fascineroso, si sabemos exactamente cuáles son sus motivos para escribir?
¿Si sabemos que lo que escribe es falso y lo que sostiene no se sostiene con pruebas contundentes? ¿por qué dar cabida a la dialéctica política y mediática a las hipótesis de este pequeño gánster cuya historia en el hampa editorial está ampliamente acreditada por muchos medios nacionales?
¿Quieren comprobarlo? Vayan a Google. Pongan Pablo Hiriart y Carlos Salinas de Gortari. Ahí encontrarán un importante reservorio de información que desnuda al propagandista de la derecha. Dese su tiempo. No se deje engañar por los fariseos del periodismo nacional.