Hablando en Plata
Es hasta cierto punto comprensible que el ex investigador de la UAS el doblemente jubilado, Ernesto Hernández Norzagaray, a pesar de su diluida autoridad moral, siga escribiendo en el periódico Noroeste y en el semanario Rio 12.
Entre que las aportaciones semanales de EHN son gratuitas (a quien le dan pan que llore?) y el acusado déficit de analistas políticos en Sinaloa, los directivos de ambos periódicos tienen que degustar semana a semana la vergüenza de mal paladear las letras del mazatleco, que se enroscan en las líneas ágatas para conformar un insufrible mazacote de patrañas de dificil digestión.
El periodismo que ejerce el ex consejero electoral es de alto octanaje venal. Un periodismo corrupto, que a su vez pretende corromper a la opinión pública.
Hasta antes de que se supiera que Hector Melesio Cuén lo compró con un nuevo puesto administrativo en la UAS, yo lo defendí publicamente de esa minusvalía ética. Hoy EHN es un periodista corrupto confeso, porque ha admitido que en efecto disfruta de aquella prebenda que el ex rector y mandamás en nuestra máxima casa de estudios le consiguió.
Todo esto a pesar de que en los últimos 10 años (al menos) EHN se había constituido en el crítico más feroz y sistemático del férreo control que Cuén tiene en la UAS.
De hecho EHN acuñó la frase Universidad / Partido con la que se refería al control omnímodo que el Partido Sinaloense tiene sobre esa institución educativa.
No había en Sinaloa (hasta antes de ser comprado por Cuén) un periodista más crítico y mordaz que EHN en relación al control de la UAS por parte del “cacique” como así motejaba a Cuén para el que hoy trabaja a comisión mercantil.
Es asombroso el cinismo de este hombre devenido en Tartufo, por su actitud falsa e hipócrita.
Hoy, a contrapelo de decenas de artículos publicados, en donde fustigaba a Cuén con esas lindezas, sostiene que el Partido Sinaloense y sus espurias autoridades universitarias son el último reducto de lucha social en contra de lo que impúdicamente argumenta: que el gobierno lleva a cabo una persecución política en contra de un grupo de funcionarios universitarios acusados penalmente por diversos delitos del fuero común:
Malversación de fondos y ejercicio indebido del servicio público entre otros ilícitos del orden penal.
Si como dijo en su tiempo con justicia poética el gran periodista Ryszard Kapusinsky, el periodismo no es un oficio para cínicos, tampoco lo es para individuos venales y corruptos como el otrora crítico del avasallamiento de la UAS por un partido político.
En la vida cada quién elige la forma de morirse, física o moralmente. EHN eligió el suicidio moral por un plato de lentejas. ¡Buen provecho maestro!