Mucha política, poca planeación y menos ciudad

Los que llegan al poder, de pronto creen adquirir facultades que les hace aflorar sus actitudes descaradas.

Yo no quería mentir, me hiciste un mentiroso… Lo que te gustó de mí hoy te provoca llanto

Canción Rolando Arjona

Los que de lejos hemos venido viendo la forma de ejercer la política y procuramos en la medida de lo posible estar informados, pronto nos damos cuenta de inconsistencias, ambigüedades y ausencia de congruencia en el actuar de nuestros políticos.

Los que llegan al poder, de pronto creen adquirir facultades que les hace aflorar sus actitudes descaradas e intentan cubrir con el velo de una narrativa, que no es necesario analizarla muy a profundidad, para observar que apenas hacia poco tiempo sus ideas eran totalmente distintas.

Es más, se permiten hacer alarde de juicios cínicos que son justificados y hasta ensalzados por el séquito de sumisos e incondicionales, quienes adolecen de criterio propio o han tomado como forma de vida el ser indulgentes y hombres de paja que solo obedecen caprichos, de quien les permite estar en posiciones a las que solo ascienden por su probada sumisión y falta de dignidad.

Nadie duda que en Sinaloa como en el resto del país se está viviendo una transformación, pero no exenta de retrocesos, nepotismo, y tantas otras prácticas tan comunes de la vieja escuela. Por ejemplo:

Al ser la simulación una de las expresiones más características de los periodos anteriores, hoy no deja de estar presente, latente o claramente manifiesta.

Es difícil arrancarse de cuajo una práctica en la que la mayoría de los políticos que nos gobiernan –por no decir todos- han sido formados.

No por haber llegado hoy al poder bajo el ropaje de nuevos paradigmas será el sello que los identifique; es más, como se evidencia en la mayoría, habrá que esperar nuevos tiempos para dominar con gallardía los apetitos que solo los que han sido templados en la fragua de la dignidad podrán ostentar.

Cómo no ver la hipocresía que se expresa un día sí y otro también en la forma de conducirse hasta en las situaciones más nimias.

No es necesario ser un acucioso observador para darse cuenta de desplantes, berrinches y actitudes que por momentos hacen pensar en juegos de histrionismo, pero no; es el comportamiento, es la esencia de nuestros gobernantes que se manejan en un mundo en el que fingir, disimulo y doblez los describe y marca.

Por último, la traición. Cómo pueden demandar lo que desde un principio y antes de iniciar marca el camino que siguen.

Apenas electos, su proceder hosco, turbio y desleal con las bases; conformaron su equipo con los contrarios, los que desde las diferentes tribunas los denostaban y ahora silenciosamente ocupan posiciones jerárquicas; mientras que los que tuvieron el valor, coraje y dignidad de empujar la transformación son relegados y como gesto de agradecimiento se les califica ahora de radicales.

Todavía tienen el cinismo de evaluar, calificar y definir la traición, creyéndose envestidos de una realidad que solo existe en su cabeza.

Mientras tanto la ciudad sigue esperando una verdadera transformación que vaya más allá de un cierto perfil de obras ajustada a un sector muy específico de constructores que no proyectan ni imaginan una nueva y mejor ciudad.

Una civilización es ante todo urbanismo

Octavio Paz

Barcelona, 9 de noviembre de 2023.

Martín Sandoval Bojórquez

Cronista de Culiacán

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