Hablando en plata
Xóchitl paso como de rayo por Sinaloa, sembrando invectivas en cuanto evento tuvo. La hidalguense (proporción guardada) es una copia (infiel) en femenino del alto vacío (Vicente Fox), no solo por su estilo campechano y dicharachero, sino porque representa una visión gerencial de la política.
Ella, siempre echada para adelante (lo que sea que esto signifique) no desaprovecha la oportunidad para rezar su maledicente mantra, de que ella no admite ni huevones, pendejos, ni rateros, lo que fascina a la derecha ultra, meritocratica, credencialista y “echaleganista”.
Astutamente ha dicho que no cancelará los programas sociales obradoristas, sino que los ampliará, pero nada dice del enorme lastre que representa la oligarquía mexicana para el desarrollo integral de nuestro país, de acuerdo con los más prestigiados analistas económicos internacionales (Nouriel Roubini, Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Dani Rodrick, y Mariana Mazuccato et al).
Desde que irrumpió en el escenario presidencial, escribí que ella se alzaría con el triunfo en las primarias del Frente Amplio por México. Y no me equivoqué: en poco tiempo y sin una estructura partidista logro 531 mil firmas para su registro, mucho más que cualquier otro competidor, lo que revela la mano oligárquica que mece la cuna de su candidatura, que sin asomo se duda se cristalizará el próximo 3 de Septiembre.
La analista Viridiana Ríos produjo un ensayo titulado “Cultura del privilegio y simbiosis entre poder político y poder económico en México”, imprescindible para entender el influjo nocivo de las elites económicas en México que inciden en la desigualdad y la pobreza histórica que padecemos. En nuestra próxima entrega lo analizaremos en sus aspectos más impactantes.