Columna titulada: “Proscenio”
¿De qué te sirve amor la idiosincrasia
que traicioné buscándote en el limbo
queriendo penetrar el ostracismo
celoso guardián de las granates
que confundí con besos chocolates
la tarde que me abriste más la herida?
Con un marasmo interno, alucinado,
busco recuperar de la perdida
insinuación del ego equivocado
lo rescatable aún; mi propia vida.