Culiacán, Sinaloa, 05 de diciembre 2025.
La problemática y las inercias arrastradas por las universidades públicas en México tienen diversos y complejos referentes.
Se les ha acusado de ser espacios para la conservación del poder y del inmovilismo en lo fundamental.
Las beligerancias, se señala, a su interior se mueven en lo superfluo, mientras la simulación y el clientelismo, en el fondo, es el común denominador.
Al margen de los referentes que haya para la crítica, el reto ahora consiste en recuperar la vocación crítica de la universidad pública y deslindar sin concesiones los propósitos, las ideas y los objetivos sustanciales que le dan sentido; hablar claro, esgrimir y defender principios.
No puede ser de otro modo cuando las derivaciones de la actual situación nacional e internacional amenazan con hacer pagar a justos por pecadores.
PARA NO ASERRAR LA RAMA
En los sesenta del siglo pasado, Herbert Marcuse escribió que los universitarios acostumbran a aserrar la rama del árbol en la que están sentados (y por el lado de adentro).
La idea sigue siendo válida y debe motivar la reflexión colectiva.
Ello ya no es dable y su permisibilidad atenta contra los más caros intereses de la universidad. Cada cosa debe ser puesta en su lugar.
Y los problemas de la universidad pública, en todas partes, deben ser resueltos y enfrentados por su propia comunidad, ello no debe estar a discusión.
Cuando al campus entra la política partidaria, del signo que sea, las cosas se descomponen.
¿MEJORÍAS POR DECRETO?
Los anuncios de que “mejorará la Educación Superior” han sido recurrentes y en eso destaca la divisa de la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior) que, de común, a la luz de los resultados, se pone en cuestión.
La ANUIES, desde su primera Asamblea General Ordinaria (en Hermosillo, del 21 al 28 de febrero de 1950) se planteó como uno de sus objetivos centrales el estudio de los problemas y perspectivas de la educación superior, sus funciones y tareas, organización, administración y financiamiento.
Sin embargo, y a lo largo de sus más de 75 años de existencia, la ANUIES ha sido objeto de diversos señalamientos que ponen en cuestión su nivel de interlocución y su propensión a hacer suyas las propuestas oficiales, sin una adecuada discusión previa en la búsqueda de alternativas.
PROYECTOS VAN Y VIENEN
Ello ha sucedido con los grandes proyectos nacionales para el nivel superior, como el PRONAES y el PROIDES (y varios más, subsecuentes).
En general, casi todos los analistas críticos de la educación en México coinciden en que la ANUIES debe establecer nuevas formas de actoría, más plurales y participativas, entre sus agremiados.
Como sea, el papel de la ANUIES ha sido importante pero más lo sería si repensara sus formas de inserción en la problemática que, naturalmente, le ocupa. Desde luego, en un esquema de limitaciones, las mejorías por decreto (y de quien vengan) resultan irrealizables.
TOMAR UN CAMINO PROPIO
El antecedente de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior es la Comisión Permanente Universitaria Nacional (CPUN) que se instaló en 1944 y estuvo en operación, más o menos sistemática, hasta la fundación de la ANUIES en 1950.
Durante las últimas décadas, la ANUIES ha proyectado las políticas de desarrollo (las del ámbito oficial) a las funciones específicas de las Instituciones de educación superior.
En opinión de especialistas, la ANUIES se ha circunscrito a promover y legitimar tales políticas, con algunos matices y agregados que no alteran en absoluto las orientaciones de fondo.
En estricto, los diagnósticos de la ANUIES siempre han sido bastante parecidos a los oficiales.
El camino, pues, está abierto, y de lo que hagan las universidades públicas en el mediano y largo plazo definirá su papel y destino.
EN EL TINTERO
-Sobre los muy altos ingresos de los diputados, locales y federales, además de senadores, lo que sucede es que las desviaciones del ejercicio político continúan en la gran mayoría de ellos.
-No hay que dar vueltas: la recién aprobada Ley de Aguas tiene como propósito garantizar una distribución equitativa y justa del recurso, evitando el acaparamiento y el mercado ilegal (aunque en mi opinión, se queda corta). Quienes están en contra quieren seguir medrando con privilegios y punto.
-El llevado y traído tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) debe ser revisado evaluando sus beneficios, pero con base en el interés general de la nación.
(cano.1979@live.com).










