Quieren seguir donde hay

Es el vil negocio electoral, donde los gananciosos están prefijados.
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Culiacán, Sinaloa, 01 de agosto, 2025.

El hecho inconcuso es que los contribuyentes mexicanos mantenemos al oneroso aparato electoral, federal y estatales, a sus personeros, y también a una “clase política” cuya preocupación central es obtener más prerrogativas.

Del erario reciben los partidos dineros que, de común, son manejados irregularmente, como ha quedado en evidencia hasta el cansancio (multas recurrentes que se pagan con las mismas prerrogativas) ante la vista gorda, la presumible complicidad incluso, de consejos, tribunales e institutos electorales.

Así las cosas, como igualmente se ha reiterado, el motor partidario no parece ser el bien común, el ideal del interés general sobre lo particular.

Principios, ideas, banderías ideológicas, siquiera, se quedan para las calendas griegas.

¿Que hay diferencias, matices, formas distintas?

Las hay, en efecto.

No es lo mismo el desaforado prianismo (no solo) que el morenismo realmente preocupado por el destino nacional (que también lo hay, aunque todavía es insuficiente).

VOTOS QUE SON PESOS

Las candidaturas de pesos ciertos y sin riesgos, las inefables plurinominales de los primeros lugares, se quedan con los dueños de las franquicias partidarias, ya se sabe. 

De Perogrullo que sean esos mismos plurinominales quienes se oponen radicalmente a la supresión de esos lugares que operan como garante de las mafias partidarias. 

Las alianzas disímbolas se cachan donde se pueda de las defecciones de enfrente. Panistas, priístas y perredistas pueden abanderar, y lo hacen, a quienes antes descalificaban. En la búsqueda de votos que son pesos, lo que caiga.

PARA QUIEN TRABAJAN…

Lo más lamentable es que algún electorado cautivo, ingenuo y de cultura política ausente, va y vota por tales despropósitos.

Son vilmente utilizados la militancia, los simpatizantes y cualquiera que caiga en el garlito. Son los votantes que proveen, con el sufragio, los dineros que engordarán el bolsillo de la parasitaria “clase política”, la prianista en primer lugar.

Es el vil negocio electoral, donde los gananciosos están prefijados desde antes de empezar “las contiendas”.

Se saben encima de la ortodoxia política y actúan a su antojo, como la diputada plurinominal, del PRI, de nombre Paloma, que se burla abiertamente de los votantes.

Y a ver hasta cuándo.

LUDÓPATAS

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) no hay duda:

La ludopatía o las apuestas compulsivas son “un trastorno mental de los impulsos; el juego compulsivo es una enfermedad progresiva que puede dañar la situación económica, la carrera, las relaciones y la vida misma de la persona”. 

Sin preparación previa (problema que incluso los países más desarrollados no han podido resolver) hacia esa patología se dirigen nuestros niños y adolescentes que empiezan a practicar con máquinas tragamonedas que, sin control alguno, proliferan.

No hay moralina, sino un sentido de realidad en este país que ves, impreparado en grado sumo para liberalidades que derivan en el libertinaje, con el beneplácito de una clase política incapaz que solo busca su propio beneficio.

¿Y QUIÉNES GANAN?

Por lo demás, ningún discurso de la “liberalidad” que se presenta como signo de una modernidad chafa y convenenciera, puede ocultar lo evidente: con los casinos y el juego en todas sus variantes quienes ganan son las mafias, las ilegales y las “legales”.

Los escasos beneficios son de suyo relativos, colaterales y sin verdadero impacto en la economía y menos en el desarrollo nacional, en el sentido amplio y compartido que debe tener.

EN EL TINTERO

-Sigue la histeria tarifaria del delincuente Trump y es hora de hacer un balance serio de las consecuencias que claramente se han magnificado. No lo hacen los medios y tampoco el gobierno con la atingencia debida. 

México debe atenerse a sus fortalezas, construir un camino propio, rechazar, y sobre todo actuar, frente a las las presiones, que son agresiones, en curso.

La pandilla del gabinete trumpiano a la orden del día: ineptitud, prepotencia, mitomanía, racismo y xenofobia, los signos irrefutables.

La presidenta Sheinbaum tendrá que apretar tuercas. Así empezó el prianismo ahora en la debacle; igual suerte corrió el perredismo. Tiempo de actuar a tiempo.

-Atenta misiva de Don Alejandro Beltrán. En efecto, la llevada y traída reforma fiscal que sigue en veremos, “no afectaría en lo fundamental al gran capital”. La oposición de las cúpulas empresariales es porque siempre quieren más”. De acuerdo.

-Y la reforma hasta ahora pausada es realmente simple: que los grandes ricos paguen sus impuestos, que se grave la ganancia y se eliminen los privilegios de la kakistocracia financiera. Y Punto. (cano.1979@live.com).

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