Culiacán, Sinaloa, 14 de diciembre, 2024.
A petición del crítico lector, va la parte que, según nos hace saber, faltó sobre la “propuesta política y políticas públicas”.
Veamos:
El control estatal y la obtención del gobierno, opera como un medio para la concreción de cierta visión política, y de Estado y Nación, expresada como políticas públicas.
Es decir, una visión de parte que se traduce en una interpretación de lo general, sin descargo de que en el Estado se expresen fuerzas diversas.
Ahora bien, las políticas públicas son parte de la propuesta política, pues en ésta se trata de compendiar el interés general.
Por tanto, deben discutirse en la arena política, de manera que la decisión sobre proyectos de gobierno sea una decisión sobre probables políticas públicas.
Si la discusión se procesa de forma democrática, plural e inclusiva de lo diverso, entonces se puede aspirar a la correspondencia entre el ejercicio político, en sentido lato, y las políticas públicas.
En obvio, las políticas públicas parten de las visiones políticas, lato sensu.
LA DIFERENCIA Y EL DIÁLOGO
La cuestión es que en cualquier sociedad plural coexisten diversos sistemas de valores, y se presentan distintas formas de explicar la realidad y podrá haber coincidencias y también discrepancias, que de común se magnifican pues operan como banderías entre contrincantes.
Pero se comparten unos elementos y se difiere en otros.
En consecuencia, y atendiendo esa diversidad, si se pretende que las políticas públicas alcancen un consenso amplio, sobre cuya base puedan aglutinarse los esfuerzos de la sociedad en la consecución de propósitos compartidos, es necesario un diálogo que permita identificar puntos de coincidencia, aclarar discrepancias y alcanzar acuerdos en puntos importantes, por encima de las diferencias de perspectiva.
PRIMERO, EL INTERÉS GENERAL
Es decir, sin descargo de las diferencias, incluso de enfoque y perspectiva, que se confrontan en el campo de lo político, finalmente debe ser el interés general el que distinga a las propuestas y estrategias que se traduzcan en acciones de la política pública, lo que no se pone en cuestión en el discurso oficial pero que suele quedar al nivel declarativo.
Ello supone la aceptación de una diversidad explicativa, interpretativa y propositiva de la realidad de referencia y, lo que es más notable en los tiempos recientes, la necesidad de conciliar, negociar, equilibrar y ponderar las expresiones políticas en dirección a un consenso que permita orientar las acciones del Estado, con estabilidad y sobre la base de acuerdos generales que sinteticen metas comunes.
En esa lógica es que la política (las formulaciones de) remite siempre a orientaciones, directrices, criterios y en sus aspectos operativos a estrategias, dinámicas, formas de procesar en relación a fines, a objetivos previamente formulados en función de los cuales se procesa la propuesta política.
“MUY BUENAS REUNIONES”
Cuando AMLO se reunió con la cúpula empresarial, bancaria y financiera de México, poco antes de asumir la presidencia, en el 2018, los invitados fueron obsequiosos y concesivos en sus expresiones para con el presidente electo y sus propuestas.
En aquella ocasión, el inefable Claudio X. González, habiendo sido furibundo crítico de López Obrador, salió de la citada reunión con el Consejo Mexicano de Negocios con un libro de López Obrador bajo el brazo, para mejor documentarse, se colige, y expresó que “fue una muy buena reunión. Se trataron temas muy importantes.
El presidente electo está actuando de forma muy pragmática, va bien la transición y queremos que siga yéndole bien”.
DEL DICHO AL HECHO
“Tenemos muchas ganas de ayudarlo a que sea un muy buen presidente de México”, agregó, y en tono semejante habló Alejandro Ramírez, director general de Cinépolis y presidente del tal consejo: reunión “muy constructiva, con un diálogo franco, abierto”.
Esa “apertura” a que se referían los jerarcas empresariales nos recordó otras anteriores que tuvieron infausto resultado para los pobres de este país.
Ahora, con Claudia Sheinbaum en la presidencia, se dio la previsible reunión y, matices aparte, encontramos más o menos lo mismo con algunos actores emergentes.
Ni caso en abundar en la sesuda reflexión que suelen hacer quienes creen que saben.
La cuestión es simple: lo que importa a la privada iniciativa es que los cambios sean de forma y no toquen el fondo.
EN EL TINTERO
-¿Qué el Yunque prianista quiere hacer un partido trumpiano para combatir el cambio que sienten perjudica sus intereses?
Sin necesidad de partido, desde cuando que lo hacen. (cano.1979@live.com).