Agradecimiento y un hasta siempre, al más grande presidente de México Andrés Manuel López Obrador.
Estuve pensando, compañero AMLO, que palabras usar para escribir esto que no es despedida, sino un ¡Hasta siempre Comandante! Y dejé de pensar cuando vi en su libro la palabra más sencilla y apropiada:
¡GRACIAS!
Ya lo dije en la primera columna que escribí en solidaridad con usted y el proyecto de la 4ta. Transformación, que viene a consolidar la identidad de su régimen: Humanismo Mexicano.
Y lo que dije aquella vez, a inicios de septiembre del 2018 fue:
Señor Presidente, soy un adulto mayor que al igual que millones en este país, teníamos la fe y la esperanza perdidas, desilusionados de tantas promesas incumplidas, sobre todo aquella de que:
¡Ahora sí, haremos el cambio! Votamos por Fox, y tuvimos la gran desilusión que siguió con Felipe Calderón y con Enrique Peña Nieto.
Por fortuna llegó usted, millones lo apoyamos porque sabíamos de sus luchas, de su honradez y de su idealismo cincelado por un largo caminar, lleno de golpes injustos.
No nos equivocamos, y desde un principio su quehacer como líder de nuestra patria la fue consolidando con hechos tanto materiales como espirituales y morales.
Hoy somos mexicanos convencidos de nuestra fuerza como pueblo; usted hizo realidad las consignas:
Por el bien de todos, primero los pobres.
Solo el pueblo puede salvar al pueblo, Con el pueblo todo sin el pueblo nada. La revolución de las consciencias penetró en nuestras almas y en nuestros cerebros.
Como dijera el Gran Maquío: ¡esto ya no lo para nadie!, porque ahora hemos decidido apoyar a una señora, doctora, Presidenta y Comandanta Claudia Sheinbaum Pardo que tiene agallas, cerebro y corazón noble, no tenemos la menor duda en apoyarla al millón.
Arranca de muy buena plataforma, y con ella seguiremos forjando la lucha hasta lograr los niveles que nos fortalecieron las poderosas civilizaciones prehispánicas, bases que nos fortalecen:
La Tolteca, Olmeca, Maya y Azteca.
Ahora, me voy a permitir tirar un poco de aceite… ¡nooo!, si la lección nos la dejó hasta el tuétano. Resulta, que en el año 2012, cuando usted fue al cierre de campaña federal del PRD a Guasave.
Mi amigo el maestro José Manuel Arredondo, me sugirió le hiciera llegar un ejemplar de mi novela Tierra blanca, estando usted en el templete lo recibió y casi al finalizar usted expresó, palabras más o menos…” como lo he dicho, ustedes los sinaloenses son personas muy trabajadoras, tienen la mejor agricultura del país y muchas cosas más, pero por desgracia, también tienen un problema, el narcotráfico.
Y aquí tengo en mis manos esta novela, Tierra blanca escrita por un sinaloense… a ver, que suba el escritor para que ustedes lo conozcan, y le reconozcan la valentía de exponer este problema que hemos de resolver entre todos…
En el 2018, en el cierre de su campaña, compañero AMLO, acompañado de un camarada suyo, el Arq. Rafael Rosiles Martínez, chilango prófugo del 68, desde entonces residente de San José del Cabo, le hice entrega de la novela Las amapolas se tiñen de rojo, una especie de saga de Tierra blanca, esta describe de tiempos de los 70 a 90´s, y La amapolas de los 2000 en adelante, donde ya los delincuentes de cuello blanco, dícese de: políticos, empresarios y funcionarios; participaban en el narco de forma más abierta.
Aprovecho para comentarle que esto del narco nace desde tiempos A, si Adán mató a Abel con una quijada de burro, seguro es que se comió un hongo alucinógeno.
Los que decidieron dejar caer las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagazaki, casi puedo decir que también.
En 1939 en la ciudad de Monterrey, N.L. se reunieron los presidentes Franklin Delano Rooselvet y Manuel Ávila Camacho, y entre otros asuntos, firmaron un convenio para que se sembrara la amapola en la sierra madre occidental, abarcando los estados de Chihuahua, Durango y Sinaloa,-triángulo dorado-, zona ideal para sembrar la opiácea para producir la morfina que necesitaban en los frentes de la 2da guerra mundial.
El motivo lo propició Hitler, debido que mandó cerrar las fronteras de Afganistán, Marruecos y Turquía, quienes surtían de opio al mundo occidental.
Al término de la guerra en el año de 1945, en los primeros meses de 1946 al regreso de los soldados a Estados Unidos, propicio ingente consumo de morfina y ello ocasionó el clandestinaje.
Don Lalo Fernández fue el primer mercader de la goma de amapola en Culiacán, su base era la colonia Tierra blanca, es por eso que mi novela lleva un sub título: la cuna del narcotráfico.
La primera persona que vino de E.U., a negociar con don Lalo fue Igea Lissoni, esposa de Luky Luciano.
La reunión fue en el Hotel El Mayo, -nada que ver con el Mayo Zambada-.
Don Lalo siempre cuidó que la droga no se consumiera localmente, en la década de los 60´s cuando aterrizó la primera avioneta con cocaína en el valle de Culiacán, don Lalo se fue a vivir a Puebla, jamás volvió, no quiso ver como se atomizó el mercado de las drogas, de como gobernantes y narcos formaron los llamados cárteles, y mucho menos ver como se descomponía la sociedad que entraba al comercio y consumo de diversidad de drogas, esto con la ayuda de empresario y medios de comunicación, en especial la televisión.
Me sumo al reconocimiento y aprecio que le manifiesta el Doctor Rubén Rocha Moya, gobernador de nuestro pujante estado de Sinaloa, agradeciéndole su valioso apoyo para la culminación de las presas Picachos y Santa María, sus sistemas de riego y acueductos para surtir de agua a Mazatlán y Concordia.
Las carreteras de Badiraguato a Guadalupe y Calvo y la de San Ignacio a Tayoltita, los hospitales, centros de salud, escuelas, universidades, banco de Bienestar y la diversidad de acciones para el beneficio y felicidad de la población que más lo estima y reconoce:
Los sinaloenses.
Mis mejores deseos para usted y su familia amigo AMLO; usted como el guerrero valiente y magnánimo, merece descanso, salud y felicidad.
¡LARGA VIDA PARA EL MEJOR PRESIDENTE DE MEXICO: ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR!
