Sábado 28 de octubre de 2023
“Cochis gordos me he comido; cuanto más un costillar”. Dice el refrán .
No cabe duda que nuestras vivencias y experiencias constituyen las referencias con lo que establecemos criterios.
Cuando decidimos hacer el Camino de Santiago y supimos que viajar de Sarria a Santiago eran casi 115 Km; en mi mente pensé, “es como de Baburía a Los Mochis o de Culiacán a Guamuchil” y me dije a mis adentros:
Como dice el refrán “me he comido cochis grandes; cuanto más un costillar”; claro, pensé en un camino plano o llano con pocas subidas y bajadas.
Que lejos estaba de la realidad; acá todo es subir y bajar; una penitencia que aunado al clima se convierte en un reto; un motivo de ofrenda más valiosa.
Hoy he terminado el recorrido de este tramo y siento un fuego en la planta de los pies y, aunque traigo un hambre feroz; prefiero cama; -pero otra variedad- que me permita descansar mis adoloridos pies.
Aunque habíamos prometido comer pulpo a la gallega apenas llegando; creo que debe esperar a que nuestro cuerpo físico en toda su estructura encuentren algo de sosiego.
Aunque al rato me coma un kraken entero… y así fue… es una delicia el pulpo a la gallega acompañada de un filete de ternera -pa completar- suavizados con una botella de suculento vino tinto.
Después de descansar salimos rumbo al centro histórico; el templo de San Roque es una joya del estilo Románico; el de San Pedro que es muy bello y antiguo; su fábrica y macicez es Románica, con detalles góticos y retablos barrocos; muy bien logrados los laterales de piedra de color veteados que logran una teatralidad que prende la vista en sus movimientos y obliga a apreciarlos; el del altar mayor aunque más monocromático es de un barroquismo cautivador.
Apenas habíamos sellado las tarjetas cuando dio inicio el Santo Rosario y luego la Santa Misa que hicieron un momento agradable de recogimiento.
Habíamos llegado empapados después de caminar bajo la lluvia que se intensificaba a momentos y los tenis que me había puesto para descansar los pies estuvieron toda la ceremonia empapados; al salir la lluvia continuaba y ligeros aunque estoicamente regresamos al hotel a ducharnos con agua caliente y acostarnos ya que el tramo siguiente habíamos escuchado es pesado.
Cada etapa tiene una experiencia y una lección; pero sobre todo es una oportunidad valorar nuestra efímera existencia…