Cápsula para mascar No. 128

Matilde Montoya, que en el año de 1904, sorteando miles de obstáculos, logró ser la primera mujer mexicana en lograr graduarse de médica.
ELEGIR LO NUESTRO

Culiacán, Sinaloa. 7 de octubre de 2024.

Escritor de la novela Doña Monchi, -historia de una madre coraje-

El pasado día tres vi por televisión el encuentro en el que nuestra señora Presidenta, Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, tuvo en el Campo Marte la recepción, salutación y manifestación de lealtad de parte de los jefes militares: 

Sedena, Marina y Guardia Nacional.

Un acto emotivo y singular porque ahora es una mujer quien ocupa el puesto de Comandanta. 

Tal razón me inspiró para escribir en honor de las mujeres, en especial reconocer y aceptar de mil amores, que sea una mujer que cuenta con inteligencia, bondad y valentía para hacerse cargo de la segunda parte de la 4ta. Transformación.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dejó el sólido avance de la primera etapa, ahora ella, Claudia, toma la estafeta y la reconfirma ante la reciedumbre de los militares, quienes sin titubeos manifestaron su leal adhesión al proyecto de:

Humanismo Mexicano. 

¡Yo no acuso!

Yo no quiero acusar.

Los que me hieren pueden hacerlo hasta saciar su rabia.

No he tratado de esquivar ni un solo golpe ni he empañado mi pupila alguna lágrima, ni he querido a los golpes que me acetan,-lanzan- oponer la cobardía de una coraza.

Yo no quiero acusar.

Los que me hieren, me hieren por la espalda.

Mal pudiera acusarlos si en las sombras jamás les veo la cara; ni he sabido con qué arpones me clavaron, ni como se llaman; y supongo que son víboras tan solo porque oigo que se arrastran…

Yo no quiero acusar.

Donde hay cobardes que hieren a mansalva, son cobardes los testigos que los miran y es cobarde también quien los emplaza.

¡Jamás se debe mendigar la justicia cuando se debe ejecutar venganza!

¿Ante quién he de acusar?…

Si son los jueces miembros mellizos de esta sociedad menguada, acusar es poner la otra mejilla y recibir la segunda bofetada.

Juana Belén Gutiérrez de Mendoza.

Ella es una revolucionaria, que como muchas otras, más desconocidas que ella, lucharon al lado de los hermanos Flores Magón.

En el libro Humanismo Silencioso de la señora Beatriz Gutiérrez Müller, páginas de la 92 a la 95, da a conocer un pasaje por demás interesante en el que describe sobre las acciones que fueron determinantes para que el movimiento revolucionario se afianzara con la inclusión de don Francisco I. Madero, quién también recibió apoyo de muchas mujeres valientes e inteligentes, que a decir de la escritora e investigadora aquí mencionada, nunca pidieron ser honradas con nombres de calles, estatuas, letras de oro y ni siquiera un pergamino que las glorificara, pues la lucha de ellas fue en aras de conseguir justicia para los millones de marginados y marginadas.

Sus nombres por orden de aparición en el libro:

Juana Belén, Concepción  Arredondo, Teresa Arteaga Brousse, María Brousse, Hermenegilda Ávila, Paula Carmona, Basilia Franco, Isaura Galván, Florencia L. Hernández, Francisca J. Mendoza, Sara Estela Ramírez, las hermanas Teresa y Andrea Villarreal, Felipa Velázquez, Hermila Galindo.

Matilde Montoya, que en el año de 1904, sorteando miles de obstáculos, logró ser la primera mujer mexicana en lograr graduarse de médica.

En tiempos en que las mujeres no tenían derecho a estudiar, votar ni mucho menos intentar ser líderes de algo.

En el año de 1908, Antonia L. Ursúa presentó su tesis y logró también su título de Médica.

“Ellas supieron, como hoy, que los resistentes estamos en constante acción, considerando que todo permanece en movimiento y que la paralización no está en nuestros planes.”

“La actividad pasiva no transforma nada formalmente”: Bajtín.

Y no, no hace falta para millones que se nos aplauda a rabiar, que se nos enaltece por encima de otros; tampoco que nos otorguen bulas ni usen nuestros nombres como ejemplo a seguir.”

Así como nuestras predecesoras, que buscaron dignificar nuestro género y sobre todo a México, así como las que hoy son resistentes y casi inmunes al agravio, lo hemos hecho por los demás, sin condiciones, sin pedir nada a cambio”: BGM.

Nada que agregar. En todo caso hazlo tú, querida lectora.

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