Héctor Cuén murió como vivió, con muchos claroscuros, con un telón de fondo tapizado de acciones pragmáticas, aprendidas de sus pares prianredistas, con millones en los bancos, muchos de éstos sin justificación alguna, con propiedades por doquier, con relaciones en los altos mandos de la maña, con denuncias de todo tipo (por asesinatos, por corrupción, por violación a los derechos humanos), con una universidad desfalcada y hundida en la antidemocracia y la ausencia de justicia.
Con este currículum, Cuén no hereda sino problemas a su familia, a su grupo político, a sus cercanos en los negocios.
Su estilo tirano y dictatorial no le permitió formar cuadros para su sustitución, solo serviles funcionales predispuestos a inmolarse por tal de agradar al líder.
En su ausencia, nadie podrá sustituirlo, no están preparados para esta circunstancia de crisis emergente.
En el mismo tenor, Héctor Melesio instó a su grupo político a ver a la UAS como un negocio, como lo hacen los priístas y panistas al Estado.
Eso provocó la gran cantidad de demandas, casi todas por corrupción, es decir, aunado a la incapacidad de tomar las riendas de su grupo político en su ausencia, también les heredó los problemas legales que hoy los tienen inhabilitados para la función pública y al borde de ir a la cárcel.
Cuén creó un estilo de confrontación entre sus grupos donde solo él era el réferi autorizado para mediar. Esta forma de tener el control de todos generó grandes odios entre los suyos.
La pregunta es: ¿cuál será el segmento que evite la confrontación y el divisionismo?
Melesio hizo un equipo político de mercenarios cuya unidad era creada por el dinero y las posiciones de poder.
Él sabía cómo repartir la carne entre la jauría hambrienta, hambre que él mismo auspiciaba de manera astuta.
Con la potencial reforma a la Ley Orgánica y por ende el arrebato del control de la UAS de las manos de este equipo, ¿quién y cómo mantendrá el control y la unidad de este mismo, con tan gran y perversa forma de hacer la politiquería?
Lo único que quizás hubiera heredado Cuén para bien, hubiese sido una imagen que como bandera le permitiría a su grupo inmolarlo, ponerlo en la honorable lista de hombres y mujeres justos y demócratas del estado de Sinaloa, pero su imagen evidentemente no da para el caso.
Asimismo, con Héctor Melecio se fue la diputación federal y las correlaciones de poder de todo tipo en Sinaloa y el país.
Cuén fue un tipo celoso y no permitía que los suyos se brincaran las trancas, él los representaba y nada más con las altas esferas de poder.
En ese sentido, nadie fuera de él tenía los hilos y controles, y por si fuera poco, el ímpetu y la energía para hacerlos valer. Este elemento sin duda será un insumo ausente que marcará el destino del cuenato y su partido en Sinaloa.
Cuén fincó un estilo neoliberal en su forma de controlar a la Universidad, desde el modelo educativo por competencias de corte eurocéntrico, el cual por cierto ya fracasó por aquellas latitudes, y que en este país ya no está a tono con el gobierno progresista de la cuarta transformación.
Los hace ver como un modelo sin consenso en las esferas del poder federal que tienen que ver con el ámbito educativo.
Igual el charrismo sindical que no representa a la base trabajadora y cuya permanencia pende de un hilo, un sindicalismo odiado, promotor de la injusticia y de los privilegios para sus seudolíderes.
Ahora, sin Melecio, Cuén difícilmente se mantendrá su control.
Melecio fue un promotor de la universidad partido que se siembra en periodos álgidos de corrupción nacional, el PAS que como partido bisagra aprendió el arte del cochupo, la negociación tras bambalinas, la clientela llevada a otro nivel.
Cuén y su partido ya no embonaban con los tiempos políticos que campean en todo el país, y que quedó de manifiesto en sus diferentes intentos por ingresar a las filas de MORENA, partido o por lo menos en alianzas con algunos de sus líderes nacionales, ¡todas ellas fallidas!
Con todo lo anteriormente expuesto, aseguro que el más grande enemigo de Cuén y su equipo es el Cuén mismo. Hoy que la lucha está en las narrativas con una ciudadanía más politizada, difícilmente sortearán tal obstáculo.
Y la gran cereza del pastel, su conflicto con el gobierno estatal y su órgano de cogobierno por no querer transparentar los recursos que son del pueblo y por oponerse a poner a tono su ley orgánica acorde al artículo tercero constitucional y la ley general de educación superior, en una universidad donde prevalece una base universitaria harta del control cuenista y de sus huestes prepotentes.
La gran pregunta:
¿Quién se pondrá al frente de este grupo variopinto, dividido y descompuesto del PAS-CUEN? ¿QUIÉN DARÁ LA TALLA PARA ELLO?
Robespierre Lizárraga tiene una condición legal incierta con su carpeta de investigación por abuso de autoridad y de hecho, su actual desempeño como jefe de despacho de Rectoría es una más de sus violaciones a la constitución, a la ley general de educación superior y a su propia ley orgánica.
Lo veo más negociando una salida a todo lo que se le viene que encabezando nada.
Jesús Madueña Molina, al igual que el primero ex rector de la universidad, también está en procesos legales con más de 12 carpetas de investigación por desempeño indebido de la función pública y ejercicio indebido del servicio público. Desde mi óptica, no tiene ni las condiciones ni el liderazgo y energía para encabezar nada.
La señora Angélica Díaz, diputada local, más con poses de diva que de líder, sin el carisma, liderazgo y experiencia debido, no le veo trazos para encargarse de esta monstruosa tarea.
Los demás son la chiquillada, incluyendo a Arnoldo Valle cuyo distintivo fue ser el brazo golpeador de Cuén, incluso con los suyos, y que por ello es ampliamente odiado también en el pasismo.
Rafael Mendoza, personaje oscuro que le gusta jugar atrás, también con muchos enemigos en el pasismo mazatleco y culichi, y no se diga en los grupos opuestos al pasismo que están que tientan por jugar a la piñata con él y su déspota equipo.
Estas reflexiones no son de ninguna manera campanas al vuelo, o cantos de sirenas, al contrario, son incentivos para que los movimientos progresistas dentro y fuera de la universidad busquemos su liberación de tan aberrante circunstancia.
Esta es la hora, este es el momento, por una universidad para los universitarios y el pueblo, ni un paso atrás.
