Cápsula para mascar No. 115

Hemos demostrado que sin autoritarismo es posible un rumbo nacional distinto.
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Culiacán, Sinaloa a 8 de julio 2024.

Del libro ¡Gracias! Escrito por el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador.

“Deseo que el pueblo siempre tenga las riendas del poder en sus manos.

El pueblo pone y el pueblo quita y es el único soberano al que debo sumisión y obediencia”. AMLO

Capítulo 18

EL GOBIERNO DE LA TRANSFORMACIÓN

Cuando tomé posesión del cargo de presidente de México, el 1.° de diciembre de 2018, dije en el Congreso de la Unión que por mandato del pueblo iniciábamos la Cuarta Transformación política de México; que podría parecer pretencioso o exagerado, peor que no se trataba de un simple cambio de gobierno sino de régimen político.

Hemos llamado a este mandato popular y social la Cuarta Transformación porque, así como nuestros antepasados les correspondió concebir modelos de sociedad para remplazar el orden colonial – el conservadurismo aliado a la intervención extranjera y el Porfiriato -, a nosotros nos tocaba construir lo que sigue tras la bancarrota neoliberal, que no es exclusiva de México, aunque en nuestro país sea más rotunda y evidente.

El modelo pos-neoliberal mexicano, sustentado en el concepto de economía moral, es también una respuesta a quienes, como si se tratara de un destino manifiesto o de una fatalidad.

De modo que asumimos la responsabilidad de construir un nuevo ordenamiento político y de convivencia social, acompañado de un modelo viable de desarrollo económico.

Casi al final del cambio hemos demostrado que sin autoritarismo es posible un rumbo nacional distinto, que la modernidad puede ser forjada desde abajo y sin excluir a nadie, que en el desarrollo no tiene por qué ser contrario a la justicia social.

Pues bien, desde el inicio del nuevo gobierno democrático se empezó a llevar a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero, al mismo tiempo, profunda y radical, porque nos propusimos acabar de raíz con la corrupción y la impunidad que impedían el renacimiento de México.

Si definimos en pocas palabras las tres grandes transformaciones de nuestra historia, podríamos resumir que en la independencia se luchó por abolir la esclavitud y alcanzar la soberanía nacional; en la Reforma, por el predominio del poder civil y por la restauración de la República; y en la Revolución, el pueblo y sus extraordinarios dirigentes lucharon por la justicia social y la democracia.

Ahora, nosotros estamos decididos a convertir la honestidad y la fraternidad en forma de vida y de gobierno. 

Así, desde aquel 1.° de diciembre de 2018, AMLO y sus seguidores pusieron manos y cerebro para forjar lo que ahora es una realidad: La Cuarta Transformación.

No ha sido para nada fácil, se ha tenido que remar con decisión y, aunque ha habido un sin número de obstáculos, de todo tipo; muchos de ellos causados con denodada mala intención de parte de los Neo-liberales, conformados por oligarcas poderosos, y millones de seguidores a los que han comprado con migajas, y/o amenazas, pero más han enfermado con insanas formas de hacer proselitismo combinado hasta con la liturgia de desviados prelados que tienen más corazón de maldad, sin reparar que es mucho arrojo actuar en contra de lo que debe ser su misión:

La salvación de almas y el bien al prójimo.

Fue público y notorio que en sus homilías, declararon que AMLO era comunista, engendro del demonio, y que votar por él, era pecado capital.

Y qué decir de los medios: televisoras, cadenas de radio y periódicos, en un 99 % atacan, porque todavía lo siguen haciendo, denostar a la 4T, cuando deberían agradecer que este gran movimiento también a ellos los está beneficiando. 

El odio manifiesto de la mayoría de los oligarcas, sus representantes político y demás seguidores, los mantiene ciegos, aún no quieren aceptar que no hay forma de que puedan lograr lo que ya perdieron; cuando menos en el ánimo de los 36 millones de los que llevamos al triunfo a Claudia Sheinbaum Pardo, a la mayoría de Diputados, Senadores, Gobernadores, Presidentes municipales y etcétera, que el próximo 1.° de octubre tomaran las riendas para seguir afianzando a este nuevo régimen, cuya plataforma ha dejado sólida nuestro Presidente AMLO.

No está de más dejar sentado que los prianistas, representantes de los oligarcas que pretendían seguir sintiéndose dueños del país, fracasaron desde aquel 1 de diciembre de 1988, día en que tomó las riendas de la presidencia de México Carlos Salinas de Gortari, quien se la robó, para de inmediato seguir saqueando a nuestra nación.

La historia registra cómo siguieron ese nefasto plan hasta en el mandato del títere llamado Enrique Peña Nieto.

Esa nefasta ambición los perdió, los enajenó, en su locura no se dieron cuenta que el pueblo ya había dicho: ¡Basta!

Y con la decidida, valiente e inteligente movilización que AMLO venía desarrollando desde hacía más de 30 años, se consumó por la vía democrática y sin violencia, aquél primer triunfo el día 1.° de 2018, y ahora con el del pasado 2 de junio, el pueblo de manera contundente aumentó la votación a favor de nuestra presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, con ese respaldo, su sabiduría y sus cualidades innatas, seguiremos avanzando por la senda del triunfo hasta alcanzar el resplandor que nuestra nación tuvo en los tiempos del Imperio Azteca.

CON EL PUEBLO TODO SIN EL PUEBLO NADA.

¡PUEBLO! ¡PUEBLO! ¡PUEBLO! ¡PUEBLO! ¡PUEBLO!

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