[¡Ay! ¡señores “uaseños” por favor! Ya oyeron al presidente: “democraticensen” y ya no roben más]
Para el nuevo ciudadano común, pero no corriente:
Que en su diario trajinar por las calles de nuestro viejo y nuevo, pero siempre querido Culiacán; antes tan provincial y romántico, hoy tan pujante y moderno, siempre tan prometedor e inquietante; pues nunca deja de mantenernos en vilo al observar los titulares de ocho columnas de la panfletaria prensa local, siempre tan comercializada y tendenciosa; pero nuestra al fin.
Que jamás deja pasar por alto todo aquello que sea mitote social o de la clica, o cualquier hecho relevante y escandaloso, como que en ellos les va la fama, y la vida que es… ¡la buena ganancia!
Más ahora, porque en esta nueva etapa de cambios políticos:
Pareciera que en el incipiente proceso democrático del México de la 4T, en el que ya empieza a sentirse la orfandad; al ver a su líder Andrés Manuel batirse en inminente retirada; y que lo deja en las manos maternales y amorosas de la Dra. Claudia Sheinbaum, de “esa señora” como dijera Marcelo Ebrard, que dicho sea de paso, ya se le queman las habas por saber cuándo será la próxima encuesta de corcholatas.
Este México que hoy apenas comenzamos a vivir, donde aún no se vislumbran las soluciones al 100% que nos permitan observar con claridad la vida pública; y que nos permitan intuir al menos, lo que sigue en el acontecer político; donde por el contrario persisten los claro oscuros en la aplicación de la justicia.
Pareciera pues, que en la arena política del congreso vs corrupción universitaria; se libra la secular lucha del bien contra el mal.
Batalla que la izquierda ideológica, inexplicablemente siempre termina por perder y que la derecha reaccionaria y corrupta, sabrá Dios cómo, siempre termina por ganar.
La primera, mal representada por unos diputados que a estas alturas de su accidentada gestión; ya no comen frijoles en agua y sal, por mucho que presuman en el Facebook su origen ranchero y pueblerino.
A los que, un de repente les ha entrado un comportamiento sensible, cursi y poético.
Si usted gusta amigo lector; lo puede llamar gatopardismo, simulación, arreglo político o simple y llanamente:
Como la rendición de un poder legislativo, mediocre y bueno para nada; que teniendo una Ley General de Educación aprobada por el Congreso de la Unión: no fue capaz de cumplir el cometido de darle vigencia, poniéndola en práctica; y termina optando por rendirse ante el poder fáctico universitario, que por momentos parece superar las funciones del estado.
Mientras tanto: ¡Que la justicia se haga en los bueyes de Juan Pueblo!
