Las Relaciones Exteriores parecen ser un asunto prioritario para la Presidenta Electa de México; la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.
Así lo indica el hecho de que los primeros nombramientos de su primer gabinete; hayan sido para las personas relacionadas con el servicio exterior; que bajo esa perspectiva, adquieren particular relevancia.
Pues parecen ser precisamente las Relaciones Exteriores; el común denominador del sintomático enroque político que significa nombrar a:
Marcelo Ebrard Casaubón, un avezado político, quien fuera el eficaz canciller del sexenio que está por terminar y; sin que parezca importarle el hecho; de que fuera Marcelo precisamente su principal oponente; y su más declarado adversario en el periodo de la intercampaña; nombrar a Ebrard; el belicoso impugnador de su candidatura presidencial:
Como Secretario de Economía, y quien será indudablemente; el jefe del equipo encargado de renegociar el Tratado de Libre Comercio con América Del Norte; ante la posible amenaza de que ésta operación de por sí difícil; podría ocurrir probablemente con Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América del Norte.
Porque la Dra. Sheinbaum Pardo, como corresponde a un estadista de verdad:
Está poniendo por delante la importancia del Tratado Comercial más importante que existe en el mundo; donde será necesaria toda la experiencia de Marcelo; y él, sin duda alguna; la empleará para sacar adelante tan difícil tarea. Pero claro que lo hará con abono a sus aspiraciones políticas.
En ese mismo orden de ideas; desplazar a la que hoy es titular de la SRE, Alicia Bárcenas; nombrándola encargada de la Semarnat; es una jugada intermedia para no deshacerse de ella prematuramente; a pesar de su pobre desempeño en el cargo:
Y porque técnicamente confía más en el Dr. Juan Ramón De la Fuente para poner en práctica y llevar a buen término la diplomacia del segundo piso de la Cuarta Transformación.
¿Cómo evitar la inferencia de que Marcelo Ebrard es un caballo de troya y de que es el primer aspirante dentro del primer gabinete presidencial de la Dra. Sheinbaum Pardo rumbo al 2030?
Así como es también una inferencia inevitable, pensar que Marcelo Ebrard es sin duda, quién se perfila como la primera defección del primer gabinete presidencial.
Él; es un personaje qué difícilmente podría llegar a la mitad del camino.
Mucho antes, él pensará en renunciar; y lo hará de manera fría y calculada, lo hará al calor de un desacuerdo; que no ruptura.
Lo hará aprovechándose de una coyuntura para adquirir mayor relevancia política. Esto es cosa que desde ahora se ve venir.
En el fondo, subyace desde ahora; la necesidad que él y su grupo tienen de definirse como un grupo centrista social demócrata; proclive a tender un puente para que la oligarquía regrese gradualmente al poder.
Los oligarcas necesitan de estos nuevos personeros; porque ya están convencidos que solo de esa manera subrepticia, encubierta y gradual; podrán regresar al poder; así como lo hicieron en el pasado.
Y para ello; lo primero es recuperar la independencia política y la libertad de acción.
Para inmediatamente después de soltarse las amarras; lanzarse con viento en popa, bríos renovados y sin rubor alguno a recorrer el país.
Buscando a los seguidores de su causa, que no son pocos y, sin decirlo abiertamente y sin romper con la Cuarta Transformación: Marcelo se pondrá en campaña.
Anticipándose como un aspirante de amplio espectro político, capaz de aglutinar a los diferentes sectores productivos y a los electores sin partido de todas las clases sociales, fijará decididamente el rumbo hacia el 2030.
Marcelo Ebrard es un aspirante que sin duda alguna; reúne todas las condiciones y características para convertirse en el candidato que la oposición no pudo construir en las pasadas elecciones.
Oposición que ahora está en desbandada; y algunos hasta en la orfandad política.
Llegado ese día, su pronunciamiento provocará sin duda un gran revuelo en el mundo político, y en las cámaras legislativas:
Habrá un forcejeo inquietante que no llegará a división; y vuelvo a repetir:
Será tan solo un “fuera mascaras” que no llegará ruptura.
Pero eso sí; a la formación de una corriente al interior de Morena.
Una facción, que aún estando prohibidas por los estatutos; ya para entonces estará tan fuerte y con presencia territorial en todos los Estados.
Y estará apoderada parcialmente del partido Morena; que resultará mejor negociar con tan poderosa corriente; que intentar una expulsión en masa; pues esa sí que sería una peligrosa ruptura; que por cierto, nadie estará deseando; porque ya para entonces:
Esa corriente Ebrardista podría resultar vencedora.
Muchos dirán que esto es un sueño calenturiento, y sí que lo es; porque los conservadores y sus lacayos nunca dejarán de soñar con las mieles del poder.
