Los que andamos en los 65 y más, en México somos más de doce millones; antes del 2018 muy desesperanzados la gran mayoría, pensábamos que jamás podríamos tumbarnos la rémora porfiriana; entiéndase dominación de los oligarcas, sean estos prianistas o de cualquier otra secta neo-política.
Durante más de setenta años fuimos testigos de que los gobernantes, los caciques, los empresarios más poderosos, narcotraficantes y líderes charros eran una mafia.
Y que en cuanto a la aplicación de la ley, esa solo se cernía sobre la clase jodida.
Son muchos los casos que se conocen acá en Sinaloa, y seguramente en todo los Estados del país. Resulta ocioso narrar ejemplos de ello porque de sobra se conocen infamias y atrocidades.
Lo anterior solo refiere la punta de la hebra.
Ahora hemos de alzar los brazos al cielo y agradecer a quien corresponda, la existencia de Andrés Manuel López Obrador, -AMLO-, un luchador político-social que por más de 40 años se ha entregado para alcanzar lo que ahora estamos viviendo:
Un verdadero cambio, una transformación.
No es exagerado comentar que los mexicanos ya no teníamos más salidas, y que a punto estuvimos de una explosión social con tintes violentos.
Muestra de esto son el caos del que todavía existen vestigios y rémoras enquistadas. Hacen sentir el abandono del que fuimos víctimas de gobernantes sin escrúpulos faltos de ética y moral, entre los más nefastos los prianistas y sus socios, que son todavía una mafia desalmada e irresponsable que sólo quieren el enriquecimiento y el poder para seguir medrando.
El primero de julio del 2018 tomó posesión AMLO y desde aquel mismo día se dio a la tarea de trabajar intensamente a fin de realizar la titánica tarea de reconstruir, a la vez que transformar, en todo lo necesario a la nación.
Ahora tenemos las muestras físicas y sólidas en obras que están dando un nuevo rostro al país, y con ello una contundente razón de que con el apoyo del pueblo, un pueblo que sabe agradecer, y estar dispuesto a responder al llamado de su líder.
Un líder que está haciendo, hasta el final de su mandato lo que nunca otro líder en México y ni en otra parte del orbe han realizado:
Una conferencia mañanera de lunes a viernes, giras de trabajo los fines de semana para supervisar obras y reconfirmar que los proyectos se están consolidando, ahora mismo, la reconstrucción del sector salud que aquellos malvados quisieron privatizar.
Aquel 27 de noviembre AMLO reafirmó su fe con su gente, y su gente con él, porque le tenemos confianza; él no dudo en envolverse entre la muchedumbre porque sabe que la frase de Martí es cierta: Amor con amor se paga.
Nunca antes tuve la oportunidad de acercarme a gobernante alguno.
Les cuento, en el año 2012 mi amigo el maestro José Manuel Arredondo –q.e.d.-, y yo, íbamos a visitar una Preparatoria Conalep, andábamos promoviendo la lectura de Tierra blanca.
Antes de llegar a Guasave escuchamos en la radio de un mitin que desarrollaban militantes del PRD, llegamos al lugar de la concentración que fue en el mero centro de la ciudad. Ahí estaba AMLO, y de pronto me dice José Manuel, -compa que te parece si le hacemos llegar un libro.
Sí, sería bueno, ¿pero cómo?
Yo me encargo, nuestro líder recibió el libro y me di cuenta que leyó la contra portada. A él le tocó cerrar el evento que fue el cierre de campaña de candidatos a diputados y senadores de aquél año.
Después de señalar sobre las bondades de la tierra sinaloense y su gente, dijo, más o menos:
-Pero tenemos un problema: el narcotráfico, aquí tengo una novela que me acaban de hacer llegar, se llama Tierra blanca del escritor Leónidas Alfaro Bedolla, si está aquí, lo invito a que suba para que lo conozcan, es importante porque se atreve a exponer un tema que debemos, entre todos, atender.
En el 2018 en San José del Cabo, en el mitin que cerró su campaña presidencial, mi amigo el arquitecto Rafael Rosiles Martínez, militante de MORENA y encargado de la logística del evento, me consiguió la oportunidad de saludar a AMLO y entregarle mi novela Las amapolas se tiñen de rojo.
Al verme, me dijo: -me parece que lo conozco. –Sí, en Guasave en el 2012 tuve la oportunidad de entregarle un ejemplar de Tierra blanca. –Cierto, muy buena su novela. –Dijo.
Fueron breves instantes aquellos encuentros, pero muy significativos para mí. ¡Imaginen! Haber tenido el privilegio de estar cerca del más grande y reconocido presidente de México.
P.D.
La batalla democrática está cerca, el 2 de junio próximo hemos de refrendar el contundente triunfo de MORENA.
SOLO EL PUEBLO PUEDE SALVAR AL PUEBLO:
Ricardo Flores Magón.
P.D. Señor, los manteles empezaron ya a impregnarse con aires de Justicia y Libertad.