Reconocer también dignifica

No quisiera caer dentro de calificativos denigrantes, epítetos hirientes o censuras, no trato de convencer a nadie.
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“Es un privilegio para Bernini haber nacido en los tiempos del Papa Barberini –Urbano VIII- pero más lo es para mí haber sido Papa en tiempos de Bernini”.

Parafraseando a Urbano VIII, de una lectura sobre historia del arte

En mi ya larga vida he tenido oportunidad de votar y lo he hecho apoyando a la mayoría de los partidos hoy existentes en mi país.

Sin embargo, debo reconocer que en las últimas dos décadas he mantenido mi apoyo a Andrés Manuel López Obrador y puedo decir con orgullo que, así como él persistió en sus postulaciones yo lo he seguido; recibiendo no pocas críticas de algunos conocidos, familiares y amigos y otros, no tan amigos.

A más de cinco años de gobierno del cambio y sin ningún aspecto que turbe mi entendimiento; solo mis convicciones; y sin más interés que dejar constancia de mis apreciaciones como ciudadano puedo decir con toda franqueza que me siento satisfecho de haber depositado mi voto por un hombre de esta categoría y tengo la conciencia tranquila.

Me hace muy feliz ver el nuevo panorama que se cierne sobre mi patria, la de mis hijos y nietos y puedo vislumbrar en esta última etapa de vida que si continuamos con una ciudadanía politizada, demandante y participativa pronto nuestro querido México será más maravilloso.

No quisiera caer dentro de calificativos denigrantes, epítetos hirientes o censuras; no trato de convencer a nadie, ni creo estar poseído de un fanatismo que raye en lo indignante; tengo los años de experiencia y formación que me hacen independiente, pero sobre todo no poseo pretensiones de ningún tipo, -menos político- y soy completamente feliz de las condiciones en que vivo; por lo que no dejo de agradecer al Creador tantas bendiciones.

Tampoco clasifico o califico a quienes piensan distinto; tienen todo su derecho, aunque nuestras posturas sean antagónicas, las personas me merecen todo el respeto del mundo; aunque lo que detesto es el uso de un lenguaje vulgar y soez con el objetivo de desprestigiar a otro ser humano; es más, entiendo que el uso del lenguaje nos identifica y cuando los escucho procuro alejarme de esos niveles de argumentación vacíos en contenido, pero cargados de fobia.

Debo confesar que en muchos aspectos hubiese querido que los cambios fuesen más contundentes como en la seguridad, la salud, la infraestructura de las ciudades; pero sobretodo con la aplicación de la justicia a todos aquellos que saquearon de manera cínica y descarada nuestro patrimonio nacional, he entendido que la gravedad de los males y la resistencia de los poderes opuestos a frenado una aplicación más expedita de la justicia, sin embargo, también entiendo que hay mucho de parsimonia en el líder que aunque a veces no nos gusta su forma, al final terminamos entendiendo ese estilo de gobernar, y sobre todo eso no nubla su imagen honesta y congruente.

También me encuentro muy insatisfecho en lo que creo una terquedad en proteger o confiar tareas importantes a personajes que, no termino de entender por qué los sigue manteniendo y, he tenido que aguantar mi desazón al ver como incorpora personajes a todas luces nefastos a su gobierno o en representaciones para terminar al poco tiempo convencido que le han fallado; entiendo es cuestión de estilo.

Pero, cómo ignorar todas los logros inobjetables que se han tenido en estos cinco años de gobierno como son; el manejo responsable de las finanzas que ha llevado a la no solicitud de préstamos al extranjero aun cuando padecimos una pandemia, los acertados programas sociales que han sacado de la pobreza extrema a nueve millones de mexicanos, el gran calado en la obras ferroviarias del Istmo y la península de Yucatán, la acertada construcción de refinerías y rehabilitación de las existentes, el colocar a México en el quinto lugar como locación más importante para la inversión en el mundo y mantener controlada la inflación, tener la más baja tasa de desempleo de los últimos 40 años; en fin, el listado es amplísimo.

Sin estar conforme del todo, no me gana el fatalismo, odio o panorama catastrófico que veo en aquellos de la oposición.

Por eso también le he dicho a muchos que ha sido para mí un privilegio vivir en los tiempos de López Obrador; pero sobre todo es un orgullo sentirme respetado como mexicano con un gobierno democrático que busca la dignidad de nuestro pueblo, la soberanía, el combate a la corrupción y los privilegios y la simulación. Sé que la tarea no ha terminado; pero también sé que no debe volverse atrás por ningún motivo.

Es un privilegio vivir en los tiempos de López Obrador, pero es más privilegio asistir a la toma de conciencia histórica de nuestro querido pueblo mexicano.

Lo que venga no puede ser más que mejorar, pero como toda conquista requiere nuestro esfuerzo constante y compromiso sin tregua.

Con qué ley condenarte?

Si somos juez y parte, todos de tus andanzas

Canción “Princesa” de Joaquín Sabina

Barcelona, España a 21 de octubre de 2023

Martín Sandoval Bojórquez

Cronista de Culiacán

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