LAS DEUDAS PRIVADAS DE LA OLIGARQUÍA CONVERTIDAS EN DEUDA PÚBLICA
UNA RAZON PARA NO VOLVER AL PASADO
“Pedro la hace y juan la paga”, y en México así seguiremos; pagando los justos por los pecadores; mejor dicho: ¡por las deudas de unos cuantos vivales: seguiremos pagando todos! Por muchos años, sexenios, décadas más: pues lo que empezó con el famosos error de diciembre del 1994, siendo ya presidente de la república Ernesto Zedillo; que, si bien es cierto, que; recibió el país con una economía prendida con alfileres; fue él, quien cometió la estupidez de quitárselos. Provocando con su torpe manejo de las finanzas públicas, una importante fuga de capitales; el aumento de las tasas de interés; que hicieron impagables los créditos hipotecarios, paralizando la actividad comercial y, el disparo del tipo de cambio; enloqueció a los mercados.
Fue tan torpe el coctel de medidas que instrumentó; que arrastró a los bancos a la quiebra, y su gobierno: en lugar de hacer responsables a los banqueros y a los grandes deudores de la banca, que no eran otros que los empresarios y especuladores de siempre; en lugar de obligarlos a cumplir sus compromisos; requisando sus activos o exigiéndoles repatriar sus inversiones en el extranjero, optó por lo más fácil: que fue echar mano del Fondo Bancario para la Protección al Ahorro; [fobaproa] que era un organismo que ya existía. Fue creado por el Carlos Salinas en 1990, para que sirviera de garantía a los ahorradores.
El astuto ex presidente conocía mejor que nadie el problema; porque era secuela de su gobierno, él mismo lo originó y, por supuesto que planeo la salida, ya que también sabía, que más temprano que tarde, necesitaría un buen dique de contención; para detener el tsunami político que se le vendría encima.
Y lo logró… por qué; a tan solo cuatro años de su existencia; el fobaproa tuvo que absorber el quebranto; con un monto superior a los 552’300, quinientos cincuenta y dos mil, trecientos millones de pesos; [que según los expertos representaba el 11% de la economía] pues eso fue lo que nos costó rescatar a los banqueros y empresarios; que fueron los protagonistas, porque algunos hasta fingieron la quiebra. Rescate que de golpe y porrazo permitió, que las deudas privadas de unos cuantos; pasaran a convertirse en deuda pública: con el apoyo de los diputados del Pan.
En aquel tiempo era jefe de ése partido, un hombre oscuro y dipsómano, de mente obtusa, pero de fina garra y de talento romo; por cuyas venas corre sangre de batracio; llamado Felipe Calderón, y tenían como líder de su borregada en el congreso, al no menos frio y de cerebro reptiliano, Carlos Medina Plasencia; y los diputados borregos de la fracción del Pri; me causa fobia recordarlo; tenían como jefe político al gris y anodino Mariano Palacios Alcocer y al tenebroso, y fementido traidor Arturo Núñez como líder de la borregada: ambas bancadas con una votación de 299 a favor y 112 en contra y 5 abstenciones; un jueves 12 de noviembre de 1998…
La cámara de diputados de la LVII legislatura, según la gaceta parlamentaria núm. 155 del día anterior; los diputados del Pri, junto con los de Pan, más una diputada independiente llamada Carolina O’Farril Tapia; aprobaron tan tremendo crimen, y aunque su esencia era la de ser borregos; no lo hicieron gratis; todos recibieron beneficios en efectivo y posteriores canonjías políticas, como senadurías y gubernaturas.
Aprobaron la ley del [ipab] Instituto para la Protección del Ahorro Bancario, en el año de 1998 que surtió efectos inmediatos; legalizando así, de una manera irremediable el atraco de que fuimos víctimas y que en nuestros días asciende a: $ 1´040,507,000 Un billón, cuarenta mil quinientos siete millones de pesos, que es una cantidad tan grande, tan injusta y tan difícil de pagar.
Pues se ha convertido en un pesado fardo; que forma parte del presupuesto de egresos federales, con la cifra de 39,000 mil millones de pesos, nada más como pago de servicio de la deuda contratada; y que desde hace tres décadas, todos los años representa una obligación ineludible; y a pesar de que se ha cumplido: todavía tiene otros productos financieros que se van acumulando al principal y es por eso que sigue creciendo.
Porque los neoliberales; no solo fueron ladrones y malvados; también fueron malísimos negociadores; pues cuando pidieron prestado para salir del atolladero: suscribieron deuda con condiciones leoninas en grado extremo, con cargo impío a nuestros raquíticos ingresos.
Luego entonces; teniendo identificados plenamente, a todos los culpables, de semejante desfalco al erario público:
Él anciano que esto escribe; que en aquel tiempo, se desempeñaba como un modesto comerciante de tlapalería; perdió lo poco que tenía, y se convirtió en el mil usos que ahora soy: por cierto, el más conocido del viejo barrio del mercado Izabal; o corralón de los Chirrines… y que hoy, desde las filas del lumpen-proletariat, hasta donde me mandaron con sus ‘políticas públicas’, y donde aún sobrevivo; acusado de pejesombie, de morenaco y comunista: por todo lo que nos hicieron, sin ser médico y pasándome por el arco del triunfo todos los protocolos sanitarios, y sin distingo de su posición económica, cargo político, o credo religioso; quiero con todo respeto recetarles, algo más que una simple e inútil maldición: ¡¡una inyección de abundante capsaicina por el culo!!…
Y bien; ya medianamente desahogado, continúo: es por eso que, hablar de este asunto, ¡me calienta! Porque desde entonces los mexicanos y las mexicanas tenemos esa cuenta del fobaproa, que a güevo ay que pagar. De tal suerte que en México se nace con esa deuda que, a güevo a güevo hay que pagar.
Porque cada mexicano debe y pagará: $ 102,462.00, aparte de lo ya pagado durante las tres décadas anteriores, y que posiblemente, si no dejamos de abonar ni una sola vez; y tal vez, solo tal vez; si las variables financieras internacionales son favorables: quedará saldada en el lejano año de 2070, pero por supuesto, que muchos mexicanos ya no viviremos para verlo: porque en México también se muere como deudor del fobaproa.
¿Y todo esto por qué? Pues porque nos dejamos imponer un presidente espurio; que fue Carlos Salinas de Gortari; que dedicó su periodo de seis años, a desmantelar la República, y a prohijar un régimen perverso y colaboracionista, que no conforme con robarse los activos de la patria: todavía nos dejó empeñados.
Y como si eso fuera poco; fuimos tan malos electores que; elegimos como nuevo presidente a Ernesto Zedillo Ponce de León, que resultó igual de corrupto y de traidor a los intereses del pueblo. Un pueblo sometido; enfermo de pobreza, y<<anestesiado>> por la demagogia de los neoliberales, con su “corte” de intelectuales, a cuál más de abyectos, serviles y rastreros: nos infringieron una herida que sigue abierta, y que seguirá desangrando a las siguientes generaciones:
Hasta que venga, La presidenta Claudia Sheimban o tal vez el presidente Adán Augusto López Hernández, que muy pronto vendrá, y ojalá que con espíritu justiciero, se ocupe de llamar a cuentas a los que se beneficiaron con ese crimen, y: sin temor al mal, nos haga el bien de deshacer ese entuerto: con gran cinismo llamado fobaproa. Que no por trillado, deja de ser una injusticia.
El régimen neoliberal con Ernesto Zedillo a la cabeza; siguió siendo muy corrupto… pero agravado porque él, fue un presidente irresponsable e imbécil: <<un imbécil que no tiene más que una idea en la cabeza; es más fuerte que un hombre de talento que tiene millares>> y los neoliberales fueron tan imbéciles, que, llegaron a creer, que ellos serían los únicos en robar; pero con su ejemplo lo que realmente hicieron, fue corromper la política, corromper las instituciones, podrir los aparatos de justicia, maicear a la prensa, hasta empacharla de chayote, y engordar a los alcahuetes, traficantes y operadores de los paraísos fiscales, a donde fueron a esconder lo robado y de donde:
No lo han podido sacar tan fácilmente como creyeron; pero eso sí; por lo pronto nos pusieron a pagar un dinero que nunca gastamos. Y como la palabra imbécil y todos los adjetivos calificativos para denostar, no alcanzan a describir a los seres tan perversos como: Ernesto Zedillo Ponce de León y toda la caterva de malvados que se beneficiaron, con nuestra desgracia:
“Malditos sean por todos los años que llevemos a cuestas el fobaproa y todas sus infamias” Porque el fobaproa, es una herida abierta por donde se desangra y envilece al pueblo; maniata y compromete al nuevo régimen, como otras maniobras y secuelas purulentas, del cáncer que fueron los gobiernos del Prian. Y que son una poderosa razón para no volver a votar nunca jamás por ellos…
Y los intelectuales “orgánicos” mejor dicho: organizados, nada pendejos; tan oportunos y serviles, como siempre que de adular se trata; también acudieron al refranero popular para decirle al amo: “si Dios te la dio: que San Pedro te la bendiga” le dictaron a la prensa convenenciera; el sofisma de que: “rescatar a los bancos y a los empresarios de México, era fomento para reactivar la economía y salvar a la patria” “porque si llueve arriba, goteará abajo”.
Y hacerlo al revés es populismo, es paternalismo. Pero cómo los tiempos cambian, y los actores políticos también; ahora tenemos otra narrativa.
La praxis política del nuevo régimen, ya conocido como La Cuarta Transformación, ejerce un presupuesto federal de egresos con orientación distinta en lo social y en lo moral.
La 4T con su poderoso líder a la cabeza, en los peores momentos de la pandemia, optó sabiamente por dar el apoyo a los de abajo, pensando que mientras más abajo estén, más necesitan de una manita, de una ayudadita, de un dinerito: porque el dinero de los pobres, jamás llegará a ser un gran capital, ni se convertirá en ahorro bancario.
Porque el dinero de los pobres, solo sirve para comprar tortillas y frijoles, para que no le corte el agua o la luz: y finalmente cumpliendo su destino, ese dinero seguirá su rumbo “dinero llama dinero”, y muy pronto estará de nuevo, donde los ricos quieren que esté; que es en sus bolsillos… “¿Dios mío; porque sí nosotros trabajamos tanto, para sacarles el dinero: tú se los regresas? ¿Qué jueguito es ese, en el que siempre salimos perdiendo? ¡estoy seguro que nos hacen topillo con tú permiso! Y como el dinero es de ellos; ¡pues él solito se regresa su bolsillo!…