La Función Social de la Abogacía

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Por: German Pérez Alaniz

Por inicio de cuentas habría de decir, que la Abogacía es la profesión y actividad del abogado (advocatus o sea abogar), quien al ejercerla debe actuar en favor de los intereses que tiene confiados, siendo por tanto una de las más nobles profesiones, por su importancia para lograr la paz y el bienestar social.

Un dato histórico interesante es, que la Real y Pontificia Universidad de México, instalada solemnemente el 25 de enero de 1553, inauguro sus cursos el 3 de junio siguiente, y días después don Pedro Morones pronuncio la primera lección jurídica en América (Prima de canones), fecha cuyo aniversario recuerda la Facultad de Derecho de la UNAM, e igualmente, en la noble ciudad de México, poco después, el 12 de julio del mismo año, el señor Licenciado Bartolomé Díaz y Albornoz impartió la primera catedra de derecho en América (Prima de Leyes), fecha en que celebra su aniversario la institución “Día del Abogado”, fundada en 1960 por el periódico Diario de México.

Como vemos, dada la larga tradición histórica e importancia de la Abogacía en México, en los distintos  ámbitos culturales, tanto en la vida religiosa, como en la vida civil, y en lo general en vida política del país, cabe preguntarse ¿Cuál ha sido la importancia del derecho y la de su ejercicio profesional en México?

Sin lugar a dudas que dicho cuestionamiento, rebasa a todas luces los alcances y propósitos de la presente exposición, pero no obstante ello, se vale reflexionar sobre tal cuestión, pues el derecho en un sentido general constituye un orden o sistema social, es decir, un complejo de instituciones que realizan funciones sociales de cierto tipo, que resuelven problemas y eliminan el uso de la fuerza primordialmente. 

Así, la idea de que el derecho sea o constituya un orden jurídico, presupone la concepción de que es un conjunto de normas o disposiciones creadas por instancias apropiadas, reconocidas como las creadoras del derecho y por ende mayormente seguidas y obedecidas en los estados modernos.

A su vez, el término derecho, además de designar un orden jurídico, se usa para referirse a una ventaja o beneficio normativo conferido a un individuo o a una clase de individuos.

En este sentido, “Derecho” designa una permisión otorgada a alguien o algunos para hacer u omitir cierta conducta, con la garantía de la protección judicial.

Por lo tanto, del mínimo marco teórico referido y para efectos de dar respuesta a la pregunta: ¿cuál es la función social de la Abogacía? diré, que la profesión jurídica a tenido y tiene sin lugar a dudas una dimensión social por antonomasia, pues su ámbito de acción y efectos, al incidir en lo social, necesariamente a implicado que los juristas han participado en la creación, conservación y transformación del orden social al través de la aplicación del orden jurídico vigente.

En consecuencia, ¿cómo se vislumbra hoy en día el ejercicio de la Abogacía? y ¿A que desafíos se enfrentan los abogados en esta profesión?

Tanto en Sinaloa, como en México, se enfrentan grandes retos que inciden sobre el libre ejercicio de la abogacía, lo cual es particularmente grave cuando las “presiones” y “criticas nocivas”, proceden de los gobiernos en turno, tanto en el ámbito federal, estatal y municipal, y más aún cuando, los gobiernos intentan suprimir los instrumentos, (“Checks and balance”), imprescindibles para preservar el ejercicio democrático del poder, particularmente la independencia judicial y la autonomía de las entidades regulatorias, acentuado hoy en día, por los fantasmas de la corrupción y el abuso de poder.

Otros desafíos, que también afectan el ejercicio de la abogacía hoy en día, están relacionados con el hecho de garantizar una mayor inclusión y reconocimiento a la igualdad entre mujeres y hombres, así como la implantación cada vez más generalizada de las tecnologías de la información y por supuesto, las nuevas realidades relacionadas con el marco jurídico de la manipulación genética de la persona humana, el transhumanismo ( migraciones), la protección a los menores frente a ciertos contenidos digitales, el pleno respeto a la vida humana y al medio ambiente, y la defensa del Estado de derecho, como factor de desarrollo, innovación y crecimiento.

Por tanto, cabe preguntarnos ¿cómo debemos prepararnos para atender estos temas, los abogados? 

Ante esto, cabe citar, que hace poco el Foro Económico Mundial proclamo, que la sociedad actual y sus instituciones, se desarrollan en un escenario “volátil, incierto, complejo y ambiguo”, concluyendo  que “quien cree saberlo todo está bien equipado para un mundo, que ya no existe”.

Así, hay que estar consiente, que el ejercicio del derecho, es esencialmente antropocéntrico, al concebir al ser humano y sus intereses como el centro de todo. 

Por esto, son cada vez más decisivas la habilidades que nos permitan trabajar en equipo, con generosidad e incluyendo profesionales con trayectorias muy diversas, que permita abordar la problemática social de una manera interdisciplinaria.

Otra de estas habilidades primordiales, consiste en ejercitar la escucha, la empatía y el compromiso con los clientes, con los compañeros de profesión, y con las personas, las instituciones y la sociedad a la que se sirve a través del derecho.

De igual manera, una habilidad cada vez más importante, hoy en día, consiste en adaptarse con rapidez a la incertidumbre y al cambio, haciendo de estas circunstancias el momento propicio para la innovación, pero sin dejar pasar la importancia de definir y afianzar el propósito de trabajar por un mundo cada vez más justo, sin olvidar que en cualquier abogado debe campear el principio de que, por encima de la lucidez de ingenio, debe prevalecer la rectitud de conciencia. 

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