Gobierno de izquierda a medias

La 4T no enarbola una izquierda progresista o “progre” como se dice en un sentido peyorativo por grupos conservadores.
BBANG

Dentro de la comentocracia y los opinólogos de redes sociales existe un consenso de que el Gobierno de la Cuarta Transformación no encaja dentro de uno “de izquierda”, pues bueno, para eso tendríamos que acotar con mayor precisión a qué tipo de izquierda nos estamos refiriendo, porque no es un concepto que se pueda definir con facilidad (al igual que el de socialismo, aunque algunos mensajeros lo quieran simplificar) 

De tal manera que, si nos basamos en lo que sería la izquierda tradicional que apoya los derechos de los trabajadores, el Gobierno que encabeza el presidente AMLO sí entraría dentro de esta categoría, pues ha llevado a cabo políticas en ese sentido:

Regulación del outsourcing, alza en el salario mínimo histórica, oposición al neoliberalismo privatizador, apoyos sociales a grupos vulnerables incluyendo a madres solteras, estudiantes y jóvenes; además del fomento de la economía nacional, la recuperación de industrias estratégicas privatizadas en el pasado como los ferrocarriles, los bancos del Bienestar y en materia educativa la aplicación del modelo de la “Nueva Escuela Mexicana” a lo Paulo Freire, académico brasileño aludido en esta nueva visión donde los estudiantes ya no son seres estáticos, memorizadores y pasivos, porque ahora están inmersos en una educación integral que integra la justicia social, por más que grupos conservadores se opongan.

Tal vez la raíz de los comentarios que aseguran que este Gobierno Federal no es de izquierda es porque el presidente, como siempre, polémico y controversial, ha mostrado cierto desdén, desde su particular forma de ser, a los movimientos progresistas (LGBT, Grupos de Búsqueda de Personas Desaparecidas, Movimiento Feminista) y, además, hasta este momento -ya no lo va a hacer- ha fijado una postura sobre temas progresistas como el aborto, el matrimonio igualitario y la eutanasia. Esto, aunado a un cierto apego religioso y comportamiento dogmático en la mayoría de sus intervenciones 

Probablemente de ahí venga esa ruta de pensamiento, pero, como se dijo, no existe una izquierda universal: la 4T no enarbola una izquierda progresista o “progre” como se dice en un sentido peyorativo por grupos conservadores, pero sí ha defendido los derechos de algunos grupos históricamente olvidados como los anteriormente mencionados, como lo son, por ejemplo, los segmentos más pobres de nuestra sociedad, que tenían casi 70 años de abandono pues eran carne de cañón del partido dominante en turno, pero ahora bajo la gestión morenista han salido más de 8 millones de personas de la pobreza, un número inédito, que probablemente mucha gente podrá decir sí: ¿pero, y la clase media?

 “Necesitamos un país de clases medias” dijo Enrique de la Madrid, malogrado ex precandidato presidencial, junto a muchos miembros de la comentocracia ya referida, esa clase social a la que muchas personas creen pertenecer, pero que realmente se encuentran debajo de la línea de la pobreza, pues según estudios una familia de clase media debería percibir 23 mil pesos al mes, algo que para la gran mayoría de los mexicanos es inalcanzable.

Una especie de engaño ideológico auto-inducido (como defender a tu patrón que te explota), muy extendido por nuestra sociedad mexicana y que ocurre tanto en los estratos más altos como en los más bajos, al asumirse ambos como una clase social a la que realmente no pertenecen.

En conclusión, y volviendo al tema original, el Gobierno que todavía encabeza López Obrador sí es un proyecto de izquierda, porque ha implementado políticas públicas en el sentido de aliviar una desigualdad muy profunda y enraizada entre los que más tienen y los que menos tienen, además de defender nuestra soberanía tanto en discursos como recientemente con el Embajador de EEUU, Ken Salazar, al asegurar, atinadamente, que “los asuntos de los mexicanos son para los mexicanos”, con lo que le puso un alto al embajador inoportuno, que tal vez se olvidó del récord de intervenciones militares de Estados Unidos en el mundo y especialmente en Latinoamérica, pues en realidad y en contraposición con lo que dicen los medios hegemónicos:

Ellos son los verdaderos terroristas.

Big Bang Fondo Negro

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