Escritor autor de la narrativa:
¿Quién mató a Javier Valdéz Cárdenas?
El nebuloso mundo de la comunicación.
El mundo actual necesita una revolución.
Expresó hoy en la mañanera nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Concretamente se refirió a la Revolución de las conciencias.
Son muchas las razones que apuntalan esta sugerencia de nuestro líder, bastaría referir aquí el caso dramático de la Suprema Corte de Justicia de la Nación –SCJN-, que ahora es totalmente presa de los oligarcas, esos que todavía no se dan cuenta que ya no pueden creerse dueños de México, delincuentes de cuello blanco y también de los de muy mugrosos de color negro.
Una muestra contundente es que de 250 casos delincuenciales han dejado en libertad a 192 empleando, la estrategia del sábadazo, sin importarles dejar en libertad a criminales de alto peligro para la sociedad.
El caso de Ayotzinapa y el caso de Mayo Zambada-Héctor Cuén, son casos que no se resuelven porque han sido envueltos en una densa niebla.
Son tantas las versiones de estos sucesos que difícilmente se pueden aclarar, pero lo más dramático es que no existe, de parte de la mayoría de los medios de comunicación, más identificados ahora como de manipulación.
Por suerte, una gran mayoría de los pueblos en el mundo, en especial el mexicano, han tomado la decisión de formar sus propios medios informativos, investigan utilizan las famosas benditas redes sociales.
Existen ya muchas plataformas con informadores independientes que están dando la batalla a las grandes cadenas, aquí en México a Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula, Periódicos a la mayoría, algo así como a un 99.9 % que se dedican a la desinformación, confusión, manipulación, están en un aprieto porque se les han caído las ventas de manera considerable, el cochupo o chayote principal que era en antiguo gobierno, se les ha ido para siembre.
Termina pues una etapa.
Ahora se puede decir que todos aquellos que buscan la verdad, están haciendo sus investigaciones de manera personal y directa para exponerla, vía redes al mundo, logrando así abrir un camino hacia la verdad.
Ahora que sí, no estamos solos: el mundo se autovigila.