Es altamente probable que YSQ haya sido el “inversionista” que puso el dinero para que alrededor de 15 damas fueran a la CDMX dizque a realizar una marcha a favor del movimiento feminista y para denunciar presuntos acosos de caracter sexual, en particular de una joven de nombre Noemí Rivera que afirma que ha presentado denuncias por acoso sexual en la Fiscalía General del Estado de Sinaloa y la Fiscalía General de la República en contra de Juan de Dios Gamez Mendivil, alcalde de Culiacán y Antonio Aguilar Director Regional de los programas de Bienestar.
Sin embargo, la señorita Rivera no exhibió ninguna denuncia por escrito ni se hizo acompañar por ningún abogado que abonara a la credibilidad de las denuncias.
Además, la señorita Rivera denunció -con extraña frialdad – que después de presentar las denuncias, “alguien” fue a buscarla a su casa para amenazarla de muerte sin que al decirlo, le temblara lo más mínimo la voz. Algo en verdad muy atípico.
La cobertura periodística a los dichos – que no hechos- de la señorita Rivera, que más que noticia espontánea fue una gacetilla audiovisual, válgame la expresión, producida con un montaje televisivo en donde aparecen a lo sumo 15 mujeres portando 3 pancartas denunciando los “dichos, que no los hechos”, insisto.
La cobertura del evidente “chanchuy periodistico” estuvo a cargo de Milenio TV; quienes se dieron a la tarea de preparar el escenario en la calle Izazaga, en el Centro Histórico, donde se realizó la entrevista teledirigida. El cintillo del video anunciaba: colectivos feministas convocan a marcha.
La utilización del plural fue un ardid retórico para darle color a la nota (gazetilla) pagada, para provocar escándalo. El video circula profusamente por las redes sociales.
El reportero que cubrió la “gazetilla”, tuvo que reconocer que la marcha de las damas hasta Palacio Nacional para exigir del Presidente López Obrador su intervención, solo sería de una cuantas cuadras.
Y es lógico: quien pagó la entrevista solo le interesaba su grabación y difusión. Porque hasta el momento de escribir este artículo, no hay registro de que otros colectivos se sumaran a la patraña.
Hace algunos años le escribí un correo a Carlos Marín, periodista estrella de Milenio, para preguntarle por qué escribía notas en contra de la revista Proceso, donde prestó sus servicios como reportero y me contestó (siempre me atendía), que la revista ya no le merecía su respeto por los “excesos y las licencias antiperiodisticas que se otorgaba”.
¿Qué pensará este viejo periodista de esta entrevista a modo confeccionada por su casa editorial?
Lo que también me queda claro es el nulo trabajo del alcalde de Culiacán para la construcción de una defensa mediatica y política de este expediente que ya tiene más de un año; Gamez Mendivil ha recurrido a la nada inteligente estrategia del avestruz.
El alcalde de Culiacán carece de un equipo político creativo, eficiente y profesional.
Su director de comunicación social, un jovencito frivolo y mal educado, es una verdadera nulidad en todos los ámbitos de la comunicación.
El Secretario del Ayuntamiento, que debiera ser el jefe de su gabinete, brilla por su ausencia.
El desgarriate administrativo y la ausencia de controles para una mejor gobernanza de la ciudad han tomado carta de naturalización en la comuna. Las reglamentaciones en muchos ordenes de la vida municipal son letra muerta.
Parece que siempre están esperando que el gobernador Rocha Moya les saque las castañas del fuego, en desdoro de la agenda política del ejecutivo, que bastantes broncas trae como para cargar otras que ni le competen.
En toda guerra se necesitan trinchera, y la política es la guerra por otros medios, y todo parece indicar que en este sentido, la trinchera municipal no está haciendo bien su trabajo.
Alguien le podría estar aconsejando al joven alcalde, que “notas aclaradas, son notas ampliadas”; algo hay de cierto, si esta fuera una nota única, pero no en este caso, porque estamos ante la presencia de una campaña sucia sistemática que empaña su figura y que sobretodo, está golpeando a su jefe político. Nobleza obliga Juan de Dios.
