Juan José Rodríguez escritor mazatleco, el pasado día 15 de agosto 2023 dio a conocer la triste noticia: “mi viejo amigo Antonio López Sáenz, ha muerto”. Y las playas del bello puerto se cubrieron con un negro crespón. Esas arenas en las que siendo un niño don Antonio, con un palo dibujaba figuras humanas, niños, hombres y mujeres.
También las típicas arañas, los trombones y la tambora de la banda sinaloense y el emblema de Los venados de Mazatlán. Así, nació en él el gusanito por la pintura, la escultura y la edad de 17 años se fue la ciudad de México, se matriculó en la academia San Carlos para estudiar la carrera de maestro en artes plásticas y la historia del arte.
Regresó al puerto e inició su quehacer, su pasión por la pintura y la escultura emergió de su misma tierra: Mazatlán. Ha saber cómo es que en sus creaciones no describía los rostros de sus personajes, los dejaba para sí, ¿Cuál era la razón? Ese es el misterio del artista, y Antonio joven fue creciendo paso a paso, madurando un estilo que dio fama mundial, no a él, sino a su pueblo, a su gente, a sus playas, malecón, calles, el mercado, su catedral y… su estadio de beisbol.
Fueron muchas las horas de soledad en su estudio, encerrado Antonio con sus pinturas, pinceles, el barro en los que inspirado, a saber en qué o en quién, creaba sus obras, obras que expuso con humildad, y quizás por eso, despertaba el interés de la gente, de su gente que supo reconocerle su valía de artista, y así, logró exponer en muchas ciudades de nuestro México, pero también de los Estados Unidos y Europa.
Son muchas las obras las que nos dejó don Antonio López Sáenz, y en ellas el sentimiento y pasión de un creador de fama mundial, que supo plasmar y pintar el orgullo de ser de Mazatlán.
