Hablando en plata
Argentina es uno de los casos mas acuciante de una involución política y económica. En las primeras dos décadas del siglo pasado llegó a ser una de las 8 economías más prosperas en el mundo.
Hoy, producto de una debacle económica que no tiene fin en ese país del Cono Sur, su sociedad se refocila en un ambiente inflacionario del 115 por ciento anual con una paridad peso/dolar de 488. Y sin un dolar para hacerle frente al pago de sus obligaciones crediticias. El 40 por ciento de los argentinos son pobres y la clase media está prendida de alfileres a un status que hace agua día con día.
El energúmeno del reel que acompaño a este escrito es Javier Milei, el candidato de la extrema derecha argentina, que se asume como “libertario“, eufemismo de reaccionario, conservador e hiper neoliberal. Ni duda cabe que la mala economía es el caldo de cultivo para la sobrevivencia de este tipo de parásitos oportunistas.
Un remedo de Trump y Bolsonaro de las Pampas. Para infortunio de la patria de los psicólogos, este “borderline” se alzó con la victoria (parcial) en las primarias (PASO) con un poco más del 30 por ciento de los votos, que lo pueden llevar a la presidencia en las votaciones generales del próximo mes de Octubre. Pobre Argentina, tan lejos de Dios y tan cerca de las ideologías (baratas).
Aquilatemos lo que tenemos, que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido: México tiene 220 mil millones de dolares de reservas, tenemos una inflación de 7 por ciento anual, un dolar a 16,75 pesos.
Creciente inversión extranjera y un horizonte muy amplio para crecer económicamente (nearshoring) además la pobreza se ha reducido significativamente. No lloremos mañana como niños lo que no supimos defender con las razones de los hechos y no de la politiquería.
