En el Ejido Corerepe, que pertenece al municipio de Guasave, se encuentra el Centro Comunitario Corerepe. (CCC).
El CCC es un punto de unión donde convergen los que ávidos de superación, encuentran apoyos de conocimientos para el trabajo y el espíritu creativo. Surgió de una idea de aquellos que llegaron a lo que entonces era un páramo, hace 67 años.
La desolación del panorama no desanimó a doña Manuela Cota y su esposo don Enrique Soto; del viejo camión de plataforma bajaron a sus tres críos, sus humildes enseres y, como si en ambos hubiese una misión, en silencio, unidos por el amor, decidieron ponerse a trabajar.
Al transcurrir de los años, aquél que gustaba de andar descalzo, escuchó de su amada palabras sabias y amables para solicitarle una consigna, fue así, que en ese momento engendraron la idea más humana y sublime: ayudar al prójimo.
El ejido Corerepe, –donde el sapo canta-, en lengua Mayo, fue fundado el año de 1956 por don Margarito Quiñonez y un decidido grupo luchador compuesto por hombres y mujeres.
Se localiza en el Valle agrícola de Guasave, Sinaloa, en la calle 300, a 27 metros sobre el nivel del mar de Cortés en medio de grandes extensiones de sembradíos; singular paisaje que domina por su verdor fresco, dinámico, alegre.
Su población es diversa a causa de inmigrantes llegados de distintos lugares del país; conforman un conglomerado de entre 5 y 6 mil habitantes que trabajan la tierra que permanece la mayor parte del tiempo germinando gracias al sistema de riego; producen: maíz, frijol, cártamo, tomate, chile, berenjena; logrando cosechas importantes para el consumo nacional y de exportación, esto los distingue.
Según dicen algunos de los primeros fundadores, el lugar era tupido con diversidad de árboles gigantes: higueras, ébanos, ceibas y arbustos que formaban un monte agreste, cerrado.
La tierra era y sigue siendo rica, de aluvión y en alguna parte no lejana, de lo que ahora es el Ejido Corerepe, había una gran laguna con: patos, garzas, peces, ranas y sapos; éstos, los sapos, eran grandes de color verde oscuro intenso y cantaban muy fuerte, tanto, que hacían competencia con las Pichihuilas, cenzontles, coconitas, gorriones, cardenales y pichones silvestres; de ahí se reafirma el nombre: Corerepe.
El ejido se localiza con cierta facilidad, sea que viajes hacia el norte o sur, por la carretera internacional No. 15 encuentras un letrero que indica: “Corerepe”, y qué camino tomar.
En carro se cubre la distancia en 18 minutos, llegas a la calle 300, en la margen derecha ves el poblado, y, hacia donde lances la vista sientes el ambiente laborioso, con desplazamientos de gente que se afana con equipos, esto es: tractores, sembradoras, fertilizadoras, trilladoras, jaladas con modernas y potentes camionetas.
El clima de entre 25.5 a 33.8° C., no es obstáculo para nadie, pues todos están acoplados hasta para soportar temperaturas de 40 y más grados a pleno sol. Poblados aledaños: El Gallo, El Huitussito, Cerro cabezón, entre otros.
El avance del ejido ha sido posible porque cuenta con un sistema educativo que incluye: kinder, primaria, secundaria, preparatoria de la Universidad Autónoma de Sinaloa y la Secundaria Técnica No. 54.
Pero lo que más resalta y complementa, es el CENTRO COMUNITARIO COREREPE, -CCC-.
El principal fundador del CCC, fue don Enrique Soto Padilla en compañía de su fiel compañera doña Manuela Cota y, sus diez hijos, quienes hasta ahora lo han sostenido para beneficio de los pobladores.
En este centro han abrevado miles de hombres, mujeres, jóvenes y niños de todas las edades en el quehacer cultural, académico y de oficios con lo que se han superado para vivir un presente y mejor futuro.
Según un censo, ya son más de 9 mil los beneficiados con el aprendizaje de algún oficio, o lo que es mejor, con la adopción de un género cultural que le servirá para buscar una vida mejor.
