Una razón para no volver al pasado.
<<primera dama>>
Término que sin fundamento legal se otorgó a la consorte del presidente de la República Mexicana:
Es el tema que, con memoria puntual, desarrolla Paco Cruz en su último libro; que ya está a la venta en las librerías.
Saltándose la larga lista, que inicia con el periodo del presidente Guadalupe Victoria [1824-1829] y su esposa la primera dama: María Antonieta Bretón; hasta el de Miguel Alemán Valdés 1940-1946 y su esposa la señora Beatriz Velasco; ha sido este nombramiento de primera dama: un signo que sin duda refleja una añoranza monárquica; y es copia del modelo estadounidense, que la prensa sensacionalista y servil, institucionalizó en México.
Paco Cruz, tal vez por salud mental, omite una larga lista de 53 de estos personajes [porque el presidente: Francisco Lagos Cházaro, 1915 por suerte para el pueblo: fue soltero y, aclarando que ese mismo año, debido a la inestabilidad política; hubo en el país, otros dos presidentes más con sus respectivas esposas].
Todas ellas se hicieron llamar primeras damas, como un signo ominoso de pretendida realeza, y que costaron a ‘juan pueblo’ “una carretada incalculable de lingotes de oro”; que ellas gastaron y robaron sin límite: con la vergonzosa y criminal complacencia de todos sus maridos, sí, estoy seguro de no equivocarme, de: todos los ex presidentes de México…
Las últimas once, que el prestigiado periodista Francisco Cruz analiza: desde María de los Dolores Izaguirre Castañares de Ruiz Cortines; que regenteaba prostíbulos y que llegó a ser dueña de más de noventa edificios de gran calado en la Ciudad de México; además de apostadora de fuertes sumas de dinero y muy corrupta; fue socia del primer obispo de Toluca Arturo Vélez Martínez; y siguiendo con Eva Sámano, Guadalupe Borja de Díaz Ordaz, María Esther Zuno; Carmen Romano; Paloma Cordero; Cecilia Occelli; Nilda Patricia Velasco; Marta Sahagún; Margarita Zavala, hasta Angélica Rivera:
Según el prestigiado escritor, que se distingue por ser un riguroso analista político: es ésta última, apodada La Gaviota, quien estelariza el elenco; porque se concentra en ella; la insaciable ambición económica y la vergonzosa corrupción política que caracterizó a ésta figura política; que en nuestro país llegó a ser similar al de una reina.
Paco Cruz nos narra en su libro, “Las Damas del Poder” que no es de chismes cómo podría parecer en la primera impresión; sino un recuento de los abusos, de los excesos y de las corruptelas de quienes debiendo ser el ejemplo y modelo a seguir por la mujer mexicana: se entregaron al glamour con una frivolidad inaudita; a dar la mala nota, a dictar la última moda; a salir en las portadas de diarios y revistas exclusivas: y a compartir el poder, con desdoro de la investidura presidencial; pues se llegó a dar el caso, en que algunas; llegaron a gobernar más que el mismo jefe del estado: como fue el caso de Eva Sámano y Marta Sahagún; pero en lo que sí se pasaron “Las primeras Damas” fue en establecer una competencia desenfrenada: por robar a manos llenas.
De ahí, que de sólo imaginar que vuelvan por sus fueros; se convierte ésta idea en una verdadera y peligrosa amenaza, por lo que constituye: una imponderable; insoslayable y poderosa razón para no volver al régimen de privilegios… y para no votar por todo aquello que signifique retroceso o desviación, de los principios que tutela el nuevo régimen, encabezado por Andrés Manuel, que aunque todos lo sabemos; no está por demás decirlo: vino a acabar con las viejas costumbres del poder, a romper las correas de transmisión del influyentismo y así como acabó con las ofensivas pensiones a los ex presidentes; y mandó al “estado mayor” a los cuarteles; también mandó al basurero de la historia a las… <<Primeras Damas>>
